“Es mi última Javierada”, aseguraba Magaly Alegre, en uno de los puestos de avituallamiento del recorrido. Después de más de una década realizando la peregrinación, ha llegado el momento de que esta chilena de 50 años abandone la tradición. No por cansancio, ni por falta ni fe, nada más lejos, sino porque el sábado cumplió la promesa que le hizo a San Francisco Javier hace 13 años.

“La primera vez que hice la Javierada estaba embarazada, pero no lo sabía”, recuerda Magaly, que explica que fue una gran alegría y sobre todo una sorpresa. “Después de 15 años y varios abortos por fin conseguí ser madre”, explica emocionada. 

En el momento en que se enteró de la noticia, le prometió al Santo que “si nacía sana”, se lo agradecería y cumpliría con él por haberla ayudado. Su hija nació el 13 de diciembre y así decidió Magaly completar 13 Javieradas de manera consecutiva en agradecimiento al patrón navarro. 

“Igual vengo como coche de apoyo o repito pero dentro de un tiempo, pero yo he cumplido mis trece, el resto son extras”, aseguró. 

Le acompañaron ayer Carolina Medina, de 36 años, y Marco Montaño, de 35 años, dos ecuatorianos muy devotos que acudían por segunda vez. “Solíamos hacer estas caminatas en Ecuador, a la Virgen del Cisne, y decidimos probar aquí”, explicó Medina. 

Los tres peregrinos formaban parte de un grupo de 10 personas que salieron desde Pamplona, pero a la altura de Loiti ya quedaban solo ellos tres. Montaño señaló que salieron “con un frío atroz y muchísima lluvia y el resto lo han tenido que dejar por frío. Lo bueno ahora es que ha mejroado un poco y en los puesto de avituallamiento, entre los alimentos y la gente, te vas animando”.