Un hombre de 36 años ha sido condenado a tres años y cinco meses de prisión por haber agredido sexualmente a su propia hija de solo 4 años de edad y además por haber ejecutado actos de carácter sexual en presencia de la menor. En el fallo judicial se le reconoce como atenuantes la de drogadicción y la de reparación del daño. La sentencia fue dictada de conformidad en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Navarra, en la que también se expone que tendrá que hacer frente a una multa de 180 euros por un delito leve de lesiones. Se le imponen cuatro años y medio de orden de alejamiento y de prohibición de comunicación con la niña y se le retira la patria potestad durante diez años. Además, por vía de responsabilidad civil deberá indemnizar a la hija en 6.000 euros.

Según refleja la resolución judicial, el acusado no tendrá que ingresar en prisión y se le suspende la pena durante un plazo de cinco años, condicionada a que continúe el tratamiento de deshabituación a drogas y alcohol y a que realice un programa para agresores en el ámbito sexual.

No tenía la custodia

En los hechos probados se da por probado que tras una sentencia de 2021 un juzgado de Primera Instancia de Navarra dictó en el divorcio de los padres que la custodia de la niña correspondía a la madre y que se fijaba un régimen de estancias en favor del acusado, que estaría con su hija los fines de semana alternos, desde el sábado por la mañana hasta el lunes, así como dos tardes durante la semana desde la salida del centro escolar hasta las 21.00 horas, que es cuando debería reintegrarla al domicilio materno.

El acusado, entre el mes de septiembre de 2021 y marzo de 2023, durante dichas estancias de la menor en su casa, y cuando esta apenas contaba con 4 años de edad, efectuó tocamientos con los dedos a la menor en sus partes íntimas. Lo hizo en varias ocasiones, a la hora de ir a dormir y pese a que la niña le pedía que parara y aprovechándose de la circunstancia de encontrarse en su domicilio a solas, con total indefensión de la niña por su corta edad y el hecho de que se tratara de su padre.

Además, en varias ocasiones, durante el mismo periodo, el acusado permaneció en la cama con su hija estando él desnudo y mostrándole cómo se sacaba fotos de su miembro viril y se tocaba. A consecuencia de los frotamientos realizados por su padre, la menor tuvo una infección en la zona genital y también presentaba alteración emocional tras ocurrir los hechos y rechazo a estar con sus padres. El acusado, según la resolución, presenta un cuadro de consumo perjudicial de cocaína y alcohol, lo que afectaba de forma leve-moderada a sus facultades. Antes del juicio, consignó 6.000 euros para reparar el daño.