"¿Y a nosotras quién nos cuida?" La pregunta la ha soltado Belén Asenjo, jefa del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de Osasunbidea, en su intervención en las jornadas que ha organizado este lunes el Colegio de Enfermeras, y los gestos y exclamaciones de asentimiento de una sala de conferencias abarrotada dejaron bien claro que la salud mental de las enfermeras es un tema que urge abordar. También lo evidencia la buena acogida que han tenido las jornadas, que se han celebrado bajo el lema Bienestar emocional, cuidemos sin cuidarnos, en las que participaron más de 470 profesionales.

“El riesgo de cuidar es que nos descuidemos nosotras, porque como enfermeras estamos expuestas a riesgos físicos y también psicosociales”, ha señalado Asenjo, que ha asegurado que desde Prevención de Riesgos Laborales trabajan por generar “entornos de trabajo seguros”. No obstante ha aludido al aumento de agresiones a sanitarios de los últimos años, con 647 en 2023, de los cuales el 30% fueron a enfermeras, 163 verbales y 36 físicas, que son una de las causas del malestar de las profesionales y un consecuencia de que el entorno sanitario es cada vez más hostil.

“Tenemos que desarrollar recursos que nos ayuden a controlar las situaciones. Además del EPI físico nos tenemos que poner otro emocional y formarnos en riesgos psicosociales, en gestión emocional, en resolución de conflictos, etc.”, ha defendido Asenjo, que ha insistido en promover el bienestar psicológico en el trabajo y “desestigmatizar la salud mental”.

El papel de la inteligencia emocional

Los hospitales, además, son entornos muy exigentes de trabajo y la labor de cuidado que desarrollan las enfermeras conlleva un esfuerzo físico evidente pero también psicológico. En ese contexto es fundamental que las profesionales desarrollen lo máximo posible su inteligencia emocional, algo que “ayuda a predecir e identificar posibles problemas de salud mental que estemos sufriendo”, ha apuntado Elkin O. Luis García, profesor titular del Área de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la Universidad de Navarra.

García fue uno de los tres conferenciantes que participaron en la mesa redonda La salud mental de las enfermeras: retos y recursos, en la que también ha incidido en que la inteligencia emocional “ayuda a la mejora de los estados de salud, ya sean físicos o psicológicos”. “Es muy importante tener autoconciencia de lo que me pasa, porque así tomaré medidas protectoras y si es necesario tomaré distancia del trabajo con el ocio, con mi familia o con mis amigos”, ha sostenido.

Profesión "súper quemada"

En la misma línea ha ido la ponencia de Rebeca García, enfermera y experta en inteligencia emocional, que ha arrancado su intervención alertando de que “la Enfermería es una profesión que ahora mismo está súper quemada”. “Es necesario tomar medidas desde las políticas en salud, pero a nivel personal la inteligencia emocional es una herramienta fundamental que ayuda a las enfermeras en el día a día”, ha apuntado García.

Pero, ¿qué es exactamente la inteligencia emocional? Pues según ha explicado la experta es la capacidad de “adquirir competencias personales para tomar conciencia de uno mismo y así entender qué nos pasa y saber qué es lo que sentimos. También son importantes las competencias sociales, la empatía, entender a los demás, saber gestionar las relaciones y resolver conflictos. Todo eso es la inteligencia emocional”.

García ha subrayado que estas competencias son vitales para unas profesionales que trabajan en equipo y que cuidan de pacientes enfermos: “Si no nos conocemos a nosotras mismas, vamos mal. Si nos conocemos, pero no sabemos relacionarnos con los demás, mal también. Por eso hay que insistir en la formación en inteligencia emocional de las enfermeras, porque aumenta el bienestar y ayuda a crear ambientes de trabajo más saludables”.