Giros a la velocidad de la luz
Comienza el 'Rubik’s WCA European Championship 2024', que acoge a más de 1.200 participantes de 60 nacionalidades en el Navarra Arena hasta este domingo
Pocas veces se ha visto un pabellón tan internacional como el Navarra Arena de esta mañana. Banderas de todos los colores y personas de todas las nacionalidades han creado la estampa principal del arranque del ‘Rubik’s WCA European Championship 2024’, el campeonato de cubo de Rubik más grande celebrado hasta el momento.
Los más de 1.200 participantes del torneo europeo han celebrado las primeras rondas de la competición. En el lugar se ha podido disfrutar de una gran diversidad de modalidades: 5x5, 6x6, 7x7, etc. Cubos de diferentes tamaños y formas han salido a relucir al escenario. Pero también se les han añadido otras dificultades, como completar estos cubos con una sola mano o simplemente sin visión. Mientras los jugadores se sentaban en el escenario y empezaban a mover sus ágiles dedos, el público ha podido disfrutar de este espectáculo a la velocidad de la luz. Las pruebas, que han sido visualizadas en primer plano en las pantallas, terminaban en un abrir y cerrar de ojos. El resto de cuberos descansaban en las mesas dispuestas por toda la grada. Pero también había otros que preferían practicar para que todo saliera como esperaban.
Encontrar a gente local entre personas de más de 60 nacionalidades ha resultado una tarea complicada. Entre ellos ha estado Amaia Zabalza, de 26 años y vecina de Pamplona. “Aquí hay gente muy buena, o sea que hay que pasarlo bien y disfrutar mucho”, ha afirmado con pocas esperanzas por conseguir uno de los primeros puestos.
Afición a edades tempranas
Una de las pocas coincidencias de la mayoría de contrincantes, además de su afición a los cubos, es su corta edad. Aitor Ibáñez, de 11 años y vecino de Sarriguren, es un claro ejemplo de ello. Aunque pudiera sorprender, ya es la undécima competición en la que participa. “Hace unos pocos días estuve en Portugalete, que es como un calentamiento previo a esta competición”, ha explicado Ibáñez, pese a tener muchas ganar de competir, se conforma con “pasar de ronda y quedar bien”. Pase lo que pase, esta experiencia le resulta realmente emocionante. “Estoy viendo a gente que hace récords mundiales que solo podía ver en vídeo”, ha reconocido con una gran sonrisa.
Otras, como Natalia Lusarreta e Irene Fraile, de 17 y 14 años, no llevan tanto en este mundillo. “Se hizo un campeonato en mi colegio, Jesuitinas, y pidieron ayuda”, ha aclarado la primera. “Una compañera de clase sabía hacerlo y me dieron ganas de aprender”, le ha seguido la segunda. De esta manera empezaron a aficionarse y ahora son dos de las más de 200 personas voluntarias. Por el lugar también se ha paseado el polaco Tymon Kolasinsk, el favorito para alzarse con la copa en la final del domingo y ha sido perseguido por sus fans y por las cámaras.
Entre otros veteranos, ha estado Daniel Gracia, de Vitoria. Este jugador empezó en 2008 “para entretenerse en verano” y fue descubriendo más por Internet. En 2017, ganó el primer campeonato que se hizo en Navarra, el Iruña Open de 2017. “Es muy bonito poder ganar en un sitio al que aprecio”. En esta ocasión, va a participar en 8 de las 17 modalidades, “pero sin pretensiones de ganar”. Respecto a la evolución del Rubik en los últimos años, ha confesado que “es emocionante ver cómo ha crecido la comunidad cubera desde de unos inicios con tan pocos competidores, con un Iruña Open con poco más de 50 contrincantes". Por esto mismo, ver una Pamplona "con más de 1.200 participantes es totalmente impresionante".
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