La veintena de universitarios extranjeros que habrían sido estafados a la hora de reservar el alquiler de una habitación en Donostia tratan de organizarse a través de las redes sociales con el objetivo de alertar a posibles futuras víctimas del engaño, a la par que buscan dar con un nuevo alojamiento en la capital guipuzcoana a pocos días del inicio del curso. “Estamos pensando en qué podemos hacer para atraparlo, pero es difícil”, confiesan.

Encontraron en el portal Idealista un anuncio en el que se ofrecía una habitación para estudiantes de Erasmus por 500 euros en una ubicación bastante céntrica de la ciudad. El supuesto propietario incluso les pidió un número de teléfono para compartir más fotografías de la habitación vía WhatsApp y algunos llegaron a hacer una videollamada para autentificar que la vivienda era real.

Con esas pruebas, y dada la escasa oferta de habitaciones en la ciudad, los estudiantes no dudaron en realizar un pago de 500 euros a modo de fianza y reservar, de este modo, la habitación. “Había prisa por pagar, pero la demanda de casas era tan alta que parecía bastante comprensible. Además, el defraudador tenía un contrato firmado con datos, aunque no pudimos comprobar que el IBAN y el DNI pertenecieran realmente a esta persona. Lo firmamos y pagamos el depósito”.

Entre este viernes y el próximo lunes, la mayor parte de los centros de la UPV/EHU pondrán en marcha  el curso escolar 2024/25, incluido el grupo de estudiantes de Erasmus supuestamente estafados por un falso arrendador. “He conseguido encontrar otra habitación y espero que esta vez funcione, pero me gustaría recuperar mi dinero y no estoy segura de si será posible”, afirma a este periódico Kornelia Skorupinska, una joven polaca de 23 años que aterrizará este mes en Donostia para continuar con sus estudios en la facultad de Informática de la capital guipuzcoana.

Al igual que el resto de estudiantes afectados, Kornelia dio con el anuncio del alquiler de la habitación en Internet tras llevar tres meses tratando de buscar un precio asequible en la ciudad. “El dueño se comunicó conmigo por WhatsApp e incluso hicimos una videollamada para que me mostrara la habitación. Me sigue pareciendo una locura que todo fuera una estafa”, apunta esta joven, que descubrió el engaño después de que otra estudiante de Erasmus alertara de ello en un grupo de WhatsApp que comparten los alumnos extranjeros que van a acudir a Donostia este año. 

“Preguntó si esta persona nos había alquilado alguna habitación a alguno de nosotros y descubrimos que éramos unas diez personas más. Nos dijo que que había llegado a la dirección que le había dicho, pero no había nadie. Lo llamó como diez veces, pero nunca más respondió”, explica Kornelia, que, en este tiempo, ha mantenido el contacto con el supuesto estafador, ya que este desconoce que ella sabe que el anuncio es falso. 

Aún así, por el momento, no ha realizado ninguna denuncia ante la policía, ya que sopesa si presentarla en su país, en Donostia o en Bélgica, ya que el propietario le dio la posibilidad de realizar el depósito de 500 euros a través de una cuenta corriente española o belga y eligió la segunda opción. “Tampoco sé muy bien qué hacer para atraparlo de alguna manera”, añade.

Leonardo Cicarè es un estudiante de 23 años de Arquitectura de Trento (Italia) y una de las víctimas de la estafa. “Me enteré de ella porque varios estudiantes fueron a Donostia y no pudieron encontrar la casaDescubrí que todos habíamos sido estafados por el mismo propietario

Sin contacto con la universidad

Una vez desvelada la estafa, los estudiantes se han organizado a través de las redes sociales para alertar a posibles futuras víctimas. Por ahora, no obstante, no se han puesto en contacto con la universidad, tal y como afirman desde la propia UPV/EHU, que, aunque cuenta con coordinadores del programa Erasmus, su función de cara al alojamiento se limita a un número determinado de estudiantes extranjeros que acogen en sus residencias a través de convenios internacionales.

En el caso de la Universidad de Deusto, por su parte, los estudiantes pueden realizar la contratación de un piso o una residencia a través de su servicio de alojamiento, garantizando, de este modo, una transacción fiable y segura. Por el momento, tampoco han tenido constancia de ninguna estafa entre los universitarios que han contratado un alojamiento por su cuenta.

A estos servicios que ofrecen ambos centros hay que sumar la plataforma OSTATU de la universidad pública, en la que tienen cabida anuncios verificados que, en el caso de Donostia, rara vez superan la docena. Una oferta muy escasa para la cantidad de estudiantes de fuera del territorio que acuden a la ciudad cada año. “Es muy difícil. Yo estuve buscando unos tres meses antes de coger la habitación. Además, es muy complicado saber si se trata de una estafa o no”, cuenta Kornelia.

Por ello, este grupo de universitarios lanza un mensaje de alerta y señala que, en caso de que alguna persona se encuentre en la misma situación, se ponga en contacto con ellos de cara a dar los siguientes pasos juntos con el objetivo de recuperar el dinero adelantado.