“El buen médico trata la enfermedad; el gran médico trata al paciente que tiene la enfermedad”. Con esta expresión, Rafael Tejeira, presidente del Colegio de Médicos de Navarra, ha presentado a la doctora María Pilar Arroyo Aniés, galardonada con el XIV Premio Sánchez Nicolay a las Buenas Prácticas Médicas.

La doctora se ha mostrado “muy agradecida y halagada”, tanto con sus compañeros, quienes le acompañaron y escogieron para recibir la condecoración, como con “todos los residentes y pacientes que he conocido en este camino”, ha dicho. Asimismo, aseguró que era “maravilloso” recibir un premio que homenajeaba a Sánchez Nicolay, debido a que “fue un hombre que empezó su carrera en el mundo rural y después logró grandes hazañas por el sistema sanitario de Navarra".

En su discurso, Arroyo ha destacado que la labor de un médico en Atención Primaria debe ser “longitudinal” con el objetivo de que el trato con el paciente sea más directo, próximo y efectivo. “Durante muchos años, la situación no fue la mejor, pero ahora mismo la gente de Atención Primaria está muy preparada y sería conveniente que se ofertaran plazas, que, por ejemplo, hubiera casas de médicos porque a veces es difícil llegar a los pueblos. Por eso hay que potenciar la Atención Primaria y valorarlas para que aquellos que terminan sus estudios se queden aquí”, ha señalado.

De izquierda a derecha: el consejero de Salud, Fernando Domínguez; la galardonada, María Pilar Arroyo, y el presidente del Colegio de Médicos, Rafael Teijeira.

Durante sus años como doctora, se guió de acuerdo a valores como la comunicación, la escucha y la cercanía con el paciente. “Son la primera parte de la asistencia médica. Si no sabes qué necesita el enfermo, qué le pasa o cómo llevan el proceso sus familiares, no sabemos nada. Solía decirles a mis pacientes que la mejor medicina era estar acompañados por los demás. Es verdad que los fármacos son muy importantes, pero hay que saber utilizarlos bien y no solo hay que ir al médico a por medicinas”, ha comentado.

Una de las frases que más veces repitió durante su carrera fue que “no voy a atender a un paciente que deje un recado en papel” con el objetivo de atenderles de la mejor forma posible. “A veces, la gente exige que les hagan una radiografía, una placa o que les receten un fármaco sin haber pasado por una consulta en la que les pudiéramos escuchar sin que busquen algo inmediatamente. Hay muchos niños pequeños que han estado más veces en consulta que personas de 80 años”, ha reflexionado.