El ictus es una de las principales causas de Daño Cerebral Adquirido (DCA) y este martes, con motivo del Día del Ictus, la Asociación de Daño Cerebral de Navarra (Adacen) ha reunido en su centro de Mutilva a empresas, investigadores, universidades y centros tecnológicos con el objetivo de abordar las Tecnologías para la rehabilitación del daño cerebral. Esta jornada, dedicada a mostrar las últimas innovaciones en rehabilitación neurológica, ha tenido un doble objetivo basado, además, en “mejorar la calidad de vida de las personas afectadas por ictus y daño cerebral”, como ha explicado la consejera de Universidad, Innovación y Transformación Digital, Patricia Fanlo.

Autonomía al cuadrado es el nombre de uno de los proyectos que se han presentado. Esta iniciativa, que comenzó hace dos años, se inició gracias a un exoesqueleto con una “peculiaridad”, y es que no estaba diseñado para la rehabilitación, sino que era de origen industrial. Así lo ha narrado la fisioterapeuta de Adacen Amaia Aguas, quien ha detallado que en su origen fue probado con 30 personas “para ver si se podía adaptar a las características físicas y clínicas de las personas que vienen al centro, todas ellas con DCA”. 

Desde su uso en las terapias, Aguas ha concluido que “ha resultado útil” como herramienta de rehabilitación en personas con hemiparesia, es decir, con disminución de la capacidad motora de un lado del cuerpo. “Con una frecuencia de uso de entre 2-3 sesiones por semana, ha generado mejoras tanto en rango de movimiento como en fuerza muscular, en más del 80% de los participantes, tomando como referencia la articulación del hombro de la extremidad superior afecta”, ha remarcado la fisioterapeuta acerca de este proyecto.

Una herramienta “sencilla de utilizar, así como fácil y rápida de colocar”, que también ha servido para motivar a los pacientes. “Cuando nos encontramos en una fase crónica, en muchos de los casos con años de evolución, el seguir trabajando día a día requiere de encontrar esa motivación”, además del hecho de que “las nuevas tecnologías e implementar herramientas nuevas ayuda a que se siga dando esa adherencia al tratamiento”, ha concluido Aguas.

Reaprender el movimiento

Por su parte, la terapia Newro también consta de un exoesqueleto, en su caso, para contribuir en la rehabilitación motora para pacientes de ictus con parálisis del miembro superior. La doctora Andrea Sarasola, miembro del área de neuroingeniería de Tecnalia, ha sido la encargada de exponer este sistema que tiene el objetivo de que "el cerebro y los músculos de estos pacientes reaprendan la función que han perdido, es decir, conectar el cerebro con los músculos de forma que recupere el movimiento". De esta forma, ha continuado Sarasola, “a base de entrenar con esto, se ha de unir la intención de movimiento de cerebro y músculos con el movimiento del exoesqueleto que percibe el paciente. Es ahí cuando se van generando nuevas conexiones, se ‘reconecta’ el cerebro con los músculos y el paciente va recuperando el movimiento”. 

Toda una apuesta por las últimas tecnologías que, sin embargo, a ojos de Fanlo “no tiene sentido si no está orientada a mejorar la vida de las personas y las comunidades”. Y es que, “cada avance, proyecto y dispositivo no solo mejora las oportunidades de recuperación para las personas afectadas por daño cerebral, sino que también nos acerca a una sociedad más justa, inclusiva y comprometida con el bienestar de los más vulnerables”. Reto que Adacen aceptó hace 30 años para garantizar, en palabras de su director Andrés Ilundáin, que los usuarios de la asociación “vivan la etapa tras el DCA de la forma más plena”.