Mejorar la empleabilidad y las competencias profesionales en un entorno internacional. Este es el objetivo de las prácticas internacionales que la Fundación UPNA ofrece a sus estudiantes de grado o máster o recién titulados. Unas experiencias formativas “increibles y muy enriquecedoras”, según reconocen algunas de las 123 personas que han participado en los dos últimos cursos.

La Fundación ofrece cinco iniciativas distintas: las Becas Navarras financiadas por el Gobierno foral y que ofrecen destintos extracomunitarios; tres programas Erasmus+ para experiencias en países de la UE y otro del Ministerio de Asuntos Exteriores y la Unión Eurpoea, que permite hacer prácticas en embajadas y consulados.

La pamplonesa Olaia García de Amézaga Lizarraga es una de las jóvenes que ha vivido esta experiencia vital y profesional. Durante tres meses trabajó en el Museo Estatal de Auschwitz-Birkenau (Polonia) mientras cursaba el grado en Historia y Patrimonio. Realizó sus prácticas curriculares en el departamento archivístico del museo y consistieron en recopilar e introducir documentación sobre los prisioneros de dos campos de concentración en la base de datos. “Estuve digitalizando algunos documentos de los prisioneros y trasladando esa información a la base de datos que están creando y que pronto estará a disposición del público general”, explica García de Amézaga, que define la experiencia como “totalmente satisfactoria y enriquecedora”.

Esta joven también tuvo la oportunidad de realizar, como guía, un par de visitas a un grupo de visitantes españoles, “en las que pude poner a prueba mis conocimientos sobre el campo y los sucesos que allí acontecieron”. Por último participó en el guion y la traducción al inglés y español de una exposición temporal que estuvo expuesta al público entre junio y octubre del año pasado.

Aprendizaje profesional y vital

“Desde el primer momento, todos los profesionales me acogieron con los brazos abiertos y se mostraron dispuestos a ayudarme con cualquier cosa que necesitara, tanto desde el punto de vista profesional como personal, y me dieron los mejores consejos posibles para que la estancia fuera agradable. Me integraron en el grupo de trabajo de archiveros desde el primer día y me facilitaron mucho las cosas”, recuerda.

En opinión de García de Amézaga, que actualmente estudia el doble máster en Historia y Memoria y en Profesorado de Secundaria en la UPNA, las prácticas internacionales son “una experiencia más que recomendable: se aprende mucho de estar lejos de casa al conocer nuevas culturas y formas de vida, y todo ello, enriquece no solo académicamente, sino también personalmente”.

Otro ejemplo de una estudiante que ha realizado prácticas en el extranjero es la valenciana Claudia Pérez Martínque se mudó a Pamplona para cursar en la UPNA el Programa Internacional del Grado en Administración y Dirección de Empresas. Antes de graduarse el pasado junio, pudo realizar sus prácticas internacionales en Praga. “Estuve cuatro meses, de febrero a mayo, en el Departamento de Logística de AB InBev, una de las empresas cerveceras más grandes y reconocidas a nivel mundial, con presencia en más de cincuenta países y productora de marcas icónicas como Budweiser, Corona y Stella Artois, lo que la convierte en un líder global en la industria de bebidas”, afirma.

Durante sus prácticas, trabajó en el área de gestión de inventarios para logística internacional destinada al mercado de México. “Me encargaba de la planificación, el control y la optimización del inventario de la cerveza producida en ese país y su exportación internacional”, señala Pérez.

Según relata, “la experiencia fue increíble”. “Aprendí muchísimo, no solo sobre logística, sino también sobre cómo trabajar en un equipo global. Es muy gratificante ver cómo mi trabajo tiene un impacto real en la empresa. Además, fue una gran oportunidad para conocer a gente de todo el mundo y trabajar en un entorno multicultural”, añade.