Influenciado por un variado surtido de drogas, ya que le fueron detectadas cocaína, cannabis y anfetaminas, el motociclista fue interceptado por la Policía Municipal de Pamplona en la avenida Zaragoza a altas horas de la madrugada. Lo hacía procedente de la plaza de los Fueros y aprovechaba la inercia de la pendiente abajo de la zona para marchar con el vehículo, puesto que no tenía ni arrancada la moto. Conducía sin casco y sin luces y de forma zigzagueante.
Los agentes comprobaron además que nunca había tenido permiso de conducir y, cuando le preguntaron entonces por la procedencia de aquella motocicleta de 125 cc de cilindrada, les respondió que se la había dejado un amigo para que la probara. Los policías que le interceptaron declararon además que cuando trataron de entablar una conversación con él “estaba completamente dormido y no se podía tener en pie. Iba colocado”, manifestó uno de los agentes.
Con semejante cóctel de circunstancias, la Audiencia Provincial de Navarra ha condenado a este hombre, que ni siquiera se presentó al juicio, a cinco meses de prisión, a una multa de 240 euros y a la imposibilidad de tener carné de conducir durante dos años y medio. Le condenan por un delito de hurto de uso después de que hubiera robado de la vía pública la motocicleta, que se encontraba aparcada en la calle Pintor Crispón de Pamplona, y por conducir tras haber ingerido sustancias tóxico y sin permiso. Tras las declaraciones de los policías, la Sala considera que “no puede sino concluirse que ese consumo influía en su conducción”.