El futuro está en las aulas. La educación, como agente transformador líder en nuestra sociedad, tiene en sus manos la construcción de una realidad que, en los últimos años, ha perpetrado grandes cambios. Como no podía ser de otra manera, una educación que se fundamenta en la ética y las leyes naturales ha de ser dirigida por personas. Personas que son, para algunos la solución, para otros la esperanza. La violencia de género sigue siendo una de las mayores lacras sociales, y la igualdad una necesidad vital para vivir en comunidad.
El IES Mendillorri trabaja para que la sociedad siga transformándose. Este año, la Delegación del Gobierno en Navarra ha galardonado con el Premio Meninas, un reconocimiento institucional por su compromiso educativo con la erradicación y concienciación acerca de la violencia de género. En los últimos años, varios departamentos del centro, de manera cooperativa, han llevado a cabo iniciativas para poner la violencia machista sobre la mesa y agitar las conciencias de los jóvenes. “Una parte importante de nuestro trabajo común, de todos los departamentos, es que hemos construido espacios seguros para que el alumnado pueda contar experiencias y reflexiones acerca de la violencia machista. Son espacios que favorecen la cercanía, para que sientan que ahí están seguros y contar lo que quieran”, señala Raquel Gonzalo, miembro del departamento de Coeducación y profesora de dibujo. “Nuestro departamento nació en 2017 con el objetivo de educar en igualdad y en clave feminista. Uno de los objetivos prioritarios es generar conciencia crítica acerca de las desigualdades de género existentes, a través de actividades para la sensibilización”, apunta la profesora.
Desde hace ya varios años, el 25-N y el 8-M se han marcado en rojo en el calendario del centro, y realizan iniciativas y actividades cada año para seguir promoviendo la igualdad. Sin embargo, “esto es cuestión de todos los días”, subraya Ibai Goñi, profesor de filosofía. El centro, además de las actividades en estas dos fechas, desarrolla talleres, formaciones y charlas durante el curso. A lo largo de la etapa formativa, los alumnos disponen de talleres de educación afectivo sexual (desde 1 º ESO hasta Bachillerato), charlas interactivas para desmontar mitos como el amor romántico, prevenir relaciones tóxicas y micromachismos, y talleres para concienciar del uso de las redes y el impacto que actualmente genera en las realidades de los más jóvenes. Asimismo, desde el departamento de Coeducación, han realizado campañas de sensibilización con la “linea del tiempo de la mujer”, la “novela gráfica ilustrada y escrita por mujeres”, y la proyección de documentales y películas tales como Nagore, que relata la historia del asesinato de Nagore Laffage. Su madre, Asun Casasola, ha participado en coloquios del centro alguna vez, y “ha generado un impacto muy positivo en los alumnos”.
“El acompañamiento es imprescindible para tratar con estos problemas”
Cooperación y trabajar en la misma dirección
Una de las claves del éxito es la coordinación y el trabajo común. “Que todos vayamos en la misma dirección permite que podamos generar más impacto en los jóvenes”, apunta Isabel Ruiz de Temiño, del departamento de Orientación del modelo en castellano. “La orientación es importante, somos las personas que acompañan al alumno en todas las cuestiones académicas y personales. Sin embargo, todavía vemos barreras para que, en casos de desigualdad de género, se abran. Estas cuestiones suelen salir cuando se va a otra cosa y, de pronto, surge la conversación”, señala. “Estamos trabajando en un protocolo de acción rápida. Hasta ahora, hemos tenido un sistema de registro de intervenciones que después se trataban de manera conjunta. Creo que debemos ser más precisos y rápidos para tratar estos asuntos”, añade la orientadora.
Las actividades del IES Mendillorri ilustran el trabajo de las personas que trabajan en el centro, pero la verdadera realidad está en las clases, en esa liturgia diaria que comparten los profesores y el alumnado. “En las clases se ven actitudes y comentarios ofensivos todos los días. Las nuevas generaciones se habla mal, y han cogido la costumbre de faltarse al respeto sin filtro”, relata Gonzalo. “Muchas veces ocurre que no tenemos una formación o un modus operandi para reaccionar a lo que pasa en clase, y cada profesor lo lleva a su manera”, añade.
“Los roles sexistas crean identidades perjudiciales para ambos géneros”
Desde el departamento de Filosofía, promueven una educación fundada en la igualdad desde la perspectiva ética, de valores y de convivencia. Ibai Goñi, uno de los profesores de filosofía afirma que “hace falta dirigir la educación hacia la formación y hacia lo emocional”. “Recuerdo que cuando empezamos a tratar el tema en el centro, las ayudas y compromiso del gobierno era mucho menor. Buscábamos referencias en internet porque no teníamos modelos o guías para poder abordar la violencia de género. Ha sido un proceso, ahora tenemos más información. Sin embargo, tratar lo emocional me parece imprescindible para implantar en los jóvenes este pensamiento. Una cosa es entender que los hombres no están por encima de las mujeres, y otra cosa es que eso se aplique. Tenemos que preguntar, dar voz y escuchar a la gente que igual no piensa así y que tiene actitudes de choque para entender por qué y de dónde surge esto”, afirma Goñi. “Es importante tener una actitud proactiva de autoformación, necesitamos seguir aprendiendo cómo actuar en cada caso y seguir avanzando para tener todas las herramientas”, subraya.
Combatir el negacionismo y los bulos acerca de la violencia sexista
Uno de los problemas recientes en la sociedad es el creciente discurso antifeminista que se focaliza, en la mayoría de casos, en las redes sociales. “Tenemos gente en el centro que no quiere participar en las actividades, y es algo que tenemos que respetar. Esto nos tiene que dar un impulso para seguir trabajando y eliminar esta actitud”, afirma Gonzalo. “Hay algunos chicos que piensan que pierden su poder, y se agrupan. Es difícil romper las dinámicas que están en la sociedad. Las chicas y los chicos separados, lo vemos todos los días. Se ven chicos que no quieren participar, pero también se ven los que sí quieren cambiar. Es difícil porque predomina un mensaje del macho que lleva la voz cantante. Hay alumnos que se quedan por detrás, que igual si quieren hacer el cambio, pero que no lo hacen por ese miedo a ser discriminado”, apunta la profesora.
“Entiendo la educación como un acto político; es mi contribución a la transformación de la sociedad”
Las redes sociales y las nuevas tecnologías han adentrado en el mundo de los jóvenes de tal manera que se han convertido en el primer foco de información y búsqueda de estímulos. El discurso antifeminista, racista y xenófobo campa a sus anchas, y los jóvenes se lo tragan. “Hemos visto últimamente una creciente explosión de todo esto, alumnos que toman sus referencias en las redes sociales, y sabemos que son lugares en los que los bulos, fake news y los mensajes misóginos están a la orden del día”, asegura Gonzalo. El departamento de Coeducación del IES Mendillorri se ha unido a la campaña de Igualdad para romper con los tres bulos principales acerca de la violencia sexista: “la violencia no tiene género”, “muchas denuncias son falsas”, y “para hacer algo con una tía hace firmar un contrato”. “Aunque la realidad es la que es, creo que estamos haciendo un buen trabajo y que tenemos que seguir unidos por conseguir una realidad de igualdad en las aulas y en nuestras calles”, concluye Ruiz de Temiño.
La labor de los centros educativos como la que desarrolla el IES Mendillorri resulta clave para mantener viva la lucha contra la violencia de género. Pero aún queda mucho por hacer.
Tejiendo redes contra la violencia sexista a través de cartas y reflexiones
En el IES Mendillorri llevan años realizando actividades en el 25-N. En ediciones anteriores, este centro educativo pamplonés ha acogido actuaciones teatrales con representaciones de violencia machista, ha realizado una instalación artística con relojes para dar un mensaje de cambio hacia la igualdad o ha implantado una balanza para mostrar el desequilibrio entre géneros en término de igualdad. También crearon un cancionero para trabajar a través de la música las violencias contra la mujer y en uno de los edificios del centro, el alumnado construyó el Jardín de la Igualdad, en el que se conmemora la lucha feminista y se recuerda a las víctimas con una placa.
Este año, para el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer que se celebra mañana lunes, el centro ha recogido cartas de alumnos, familiares y personas de su entorno en las que se reflejan experiencias, reflexiones e inquietudes relacionadas con la violencia de género. Erkuden Goñi, directora del centro, valora “positivamente” la recepción de la iniciativa por parte del alumnado. “Hemos recibido más cartas de las que esperábamos, algunas de ellas con mensajes acogedores”, reconoce Goñi. Tras reunir todas las cartas, el departamento de Coeducación del instituto ha transcrito todas y este lunes se colocaran, unidas con cuerda y lana, en el hall del instituto. Los y las estudiantes irán bajando de sus clases por grupos y leerán en voz alta las cartas. Asimismo, tras la lectura, se realizaran coloquios y elaboraran reflexiones que se pegaran en el mural preparado en el hall. La iniciativa de este año tiene como título Tejiendo redes contra la violencia machista. Además de las cartas, los alumnos han fabricado con cartulinas moradas, manos y símbolos relacionados con el feminismo que decorarán el edificio.
“Hay gente que no quiere participar, pero son unos pocos. Aquí no se obliga a nadie a hacer nada, los que no participen tendrán que seguir con las clases. En general, la recepción del alumnado ha sido proactiva. Hemos colaborado entre todos para hacer los carteles, decorar los pasillos y recortar manos moradas, y así lo haremos también el lunes que viene. Necesitábamos saber cómo viven nuestras preocupaciones también desde casa ya que consideramos que, aunque el cambio en las aulas sea necesario, toda la sociedad debe intervenir”, afirma Raquel Gonzalo, integrante del departamento de Coeducación. “Somos docentes y educadores, pero también somos madres y padres preocupados por las relaciones de nuestros hijos e hijas, y por las posibles violencias que puedan sufrir. Tenemos hijas que queremos que vuelvan a casa sin miedos, que desmitifiquen el amor romántico, e hijos para los que deseamos e inculcamos la empatía el respeto hacia las relaciones sexuales y afectivas con sus compañeras”, apunta.
La educación en igualdad pasa por crear una red de valores feministas en la sociedad. Alumnado, docentes, padres, madres e hijos unidos por una misma causa: la convivencia basada en el respeto. La autorreflexión es necesaria, pero lo es aún más la autocrítica posterior. Los cambios de verdad significan romper. Rompamos.