En febrero de 2021, Ana Delgado Villodas, vecina de Azagra, fue molida a palos con una barra metálica por Santiago Martínez, quien era en ese entonces su pareja. Lo hizo con el objetivo de asesinarla. Los especialistas en Neurocirugía y Neurorrehabilitación les avisaron a los familiares que era prácticamente imposible que sobreviviera. Sin embargo, ocurrió un milagro y tras tres meses en la UCI, Ana Delgado pudo volver a vivir. “Este suceso marcó a todo el pueblo; desde entonces, hemos tratado de hacer lo posible para evitar que ocurran más casos como estos”, cuenta Daniela Cóstea Salajan, coordinadora de Skolae del IESO Reyno de Navarra de Azagra.
Este programa se está implementando en todos los centros de Navarra y tiene como objetivo, entre otras cosas, combatir la violencia género y educar en la igualdad entre hombres y mujeres. “El año pasado, todo el claustro realizamos una formación con expertos en estos temas y nos enseñaron cómo poder trasladar al aula todos estos temas”, explica. Tras la formación, se pusieron manos a la obra y realizaron un plan transversal de identidad coeducadora, que se va a llevar a cabo en tres años y con el que se van a realizar actividades y acciones en todas las asignaturas para que el alumnado se forme en materia de igualdad, diversidad y violencia de género. “La intención es que los chicos no ocupen todo el patio y las chicas se queden en una esquina, que ellas se atrevan a hablar en clase o que no haya micromachismos o faltas de respeto, que no haya un alumno que le diga a una alumna que se calle”, enumera. Por ejemplo, Cóstea menciona que se han cambiado todos los libros de Inglés sin imágenes en las que se pueda ver que “las mujeres están en la cocina mientras los hombres están tirados en el sofá”.
Acciones adaptadas a la edad
En lo que respecta a las actividades propuestas para el 25-N, los alumnos de 1º y 2º de ESO han abordado la violencia de género a través de un vídeo titulado Querernos bien, con el que se trata de explicar “cómo se puede prevenir el maltrato en la adolescencia y en las edades tempranas; qué hay que hacer para tratarnos bien. El alumnado empieza muy pronto a tener relaciones amorosas y muchas veces no entienden cosas tan simples como que los celos no son amor o que no hay que ser violento con las personas que amas”, comenta. Una vez reflexionaron con este vídeo, los estudiantes realizaron varios “decálogos del buen trato”, unos carteles de color morado que se han colgado en el pasillo y que enumeran una lista de acciones que nada tienen que ver con querer bien al otro.
De una forma similar, en 3º y 4º de la ESO, también se ha proyectado La historia de Pepe y Pepa, que trata la escalera de la violencia, “cómo se va instalando desde la adolescencia y cómo se va perpetuando. Hay algunos comportamientos propios de la violencia de género, como la dominación o el control, que se normalizan y surge el maltrato sin que se den cuenta”, señala. Tras el visionado, cada uno de los cursos ha realizado un vídeo con un eslogan para el día 25 y se elaborará un montaje con todos ellos”.
Todo esto se refleja en la conciencia del alumnado. “Con cada curso vemos que se dan cuenta rápidamente de los micromachismos, las chicas son más atrevidas y no tienen miedo a pararle los pies a un compañero que se está pasando, reivindican sus espacios en el patio y en el aula. Hay excepciones en las que tenemos que trabajar más, pero vemos que está habiendo un avance, sobre todo en la mentalidad de las alumnas”, reflexiona. De esta manera, los chicos y chicas crecen y desaparecen las tendencias de segregación y las faltas de respeto. “En esto no podemos fallar. Desde 1º de ESO se deben acostumbrar a escuchar las opiniones de todo el mundo y a trabajar de forma conjunta entre ellos”.
Cada año, antes del 25-N, los docentes y el alumnado se reúnen para hacer un brainstorming de potenciales actividades que podrían realizar de cara a esta efeméride. “En los años anteriores, hicimos un mural en el que pusimos todos nuestras manos pintadas con morado, nos colocamos los lazos en el pecho. Para mí, el más especial fue cuando encendimos una vela por cada una de las víctimas de violencia de género y contamos sus historias”, recuerda. En esta ocasión, se ha animado a todo el centro a que vayan vestidos de morado, aunque lo importante “es seguir mostrando la violencia de género como un problema. Tenemos que hacer que los alumnos entiendan que esto es un problema que hay que frenar”, concluye. Por Ana Delgado Villodas y por todas aquellas que han tenido que padecer esta injusticia.