Quienes se han mostrado especialmente agradecidos han sido dos familias lodosanas a las que les ha tocado vivir muy de cerca el cáncer infantil; las de José Ángel Jiménez Sanz y Navia Porres Campo.

En el caso de Navia, explicaba su madre, Marta Campo, grandísimas noticias, y es que el 27 de diciembre acabó, tras 26 meses, el tratamiento de quimioterapia y el 9 de enero le dieron el alta. “Su médula está limpia”.

Esta pequeña de ahora 4 años (hará 5 el 7 de junio), fue diagnosticada el 7 de octubre de 2022, con 2 años y 4 meses. “Empezó con fiebre y vine al centro de salud. Le mandaron antibiótico, pero no le hacía nada; al día siguiente empezó su hermano Izan, y pensé que era un virus. Después fuimos a Estella y ahí me dijeron que nos mandaban a Pamplona, a la unidad de hematología oncología porque la analítica estaba muy rara. Solo pude decir: ¿Me estás diciendo que mi hija tiene cáncer?”, cuenta Marta. 

Para la familia “es un mazazo, y creo que lo hemos llevado bien porque ella ha estado muy bien; siempre con una sonrisa, pero el daño colateral era su hermano”. Además, y como anécdota, cuenta que cuando Navia ve ahora fotografías suyas sin pelo “dice que estaba calvita”.

Aunque es muy pequeña “con 3 años y poco me preguntó que a ver por qué estaba mala, que qué era lo que le pasaba. Se lo expliqué como puede y ella me contestó que se iba a curar. También le tuvimos que decir a su hermano que Navia tenía la sangre mal y que iba a tener que estar mucho tiempo ingresada”.

Mi experiencia es tirar para adelante, obviamente si tienes otro hijo te haces mucho más la fuerte, pero se puede, se pasa y la vida sigue. Cada día que pasaba lo tachaba en un calendario porque era un día menos para salir de ahí”. Además, y de Adano, Marta destaca la labor encomiable que realizan y la ayuda que prestan.

Ahora, y tras ver a su hija correr, bailar, saltar y reír junto al resto de sus compañeros, no puede si no dar las gracias “a todo el personal de la cuarta planta del Hospital Virgen del Camino; enfermeras, auxiliares, celadores, a la señora de la limpieza, oncólogas… Somos una pequeña familia; muchas horas y mucho tiempo juntos, y estoy súper agradecida. –