La reconocida escritora navarra Susana Rodríguez Lezáun, de 57 años, y la música fagotista Ariane Pérez, de 25 y de Mendillorri, no se conocían antes del apagón de ayer pero las necesidades imperiosas del guión que escribió el apagón eléctrico provocaron que ambas compartieron un asiento de autobús improvisado.
Las dos navarras tenían que haber llegado a Pamplona a las 15.30 horas en un tren regional de Zaragoza, después de un trasbordo del AVE de Barcelona a la capital aragonesa. Finalmente, no es poco que llegaron a la capital navarra a las 19.30 horas y en autocar. Rodríguez desembarcó a las 12.20 horas en la estación de Delicias. Todo funcionaba aún con normalidad.
"No se podía usar ni el baño y la cola en taquilla era infinita"
“Tenía que esperar 50 minutos en la estación para hacer el trasbordo, pero al poco de llegar ha ocurrido el apagón. Y yo no sabía que la propia estación de autobuses de Zaragoza está al lado del tren y me he ido a coger un billete. Aún lo he podido hacer por internet, pero la cola era infinita en taquilla. He visto escenas terribles. No te dejaban usar ni un baño, he visto a una mujer orinando en el parking entre dos coches, y nos han echado de la estación, del vestíbulo, de mala manera. Han dicho que no se podía estar dentro porque no circulaban trenes y han desalojado a la fuerza. Me ha parecido tremendo, me ha enfadado mucho. Cuando iba a subir al autobús, ha venido un hombre que me ha preguntado cuánto me pides por el billete. Le he dicho que nada, que yo solo quería regresar a casa”, contaba mientras el bus hacía paradas en Mallén, Tudela, Caparroso y Tafalla.
"El hombre de delante de la taquilla se ha cogido el último billete"
A su lado, conoció a Ariane Pérez, que regresaba de haber tocado en Barcelona el domingo en el milenario monasterio de Montserrat con la orquesta sinfónica del Vallés, con la que colabora. Llegó a Zaragoza a las 11, tenía una espera de dos horas para el trasbordo, pero la familia le ha empezado a preguntar por móvil cómo se encontraba. “Ahí se ha empezado a poner la gente nerviosa, no me enteraba bien de lo que pasaba y personal de Adif nos ha echado de allí. La gente hablaba de coger algún blablacar pero me he ido directa a la estación de autobús. El hombre que estaba delante en la cola se ha cogido el último billete que quedaba para las 15.15 horas. Y me he tenido que coger uno para las 16.30 horas. Como no funcionaban los datáfonos, Susana me ha dejado algo de efectivo para comprar algo de comer”.