La calidad del semen está en caída libre, ya que afecta cada vez a más hombres, lo que podría tener implicaciones en la fertilidad masculina. Según un estudio de Instituto Bernabeu, muchos hombres presentan concentraciones de espermatozoides por debajo del valor de referencia establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En concreto, el volumen de eyaculado, ha caído un 17% en los últimos cinco años, lo que repercute directamente en el número total de espermatozoides móviles, fundamentales para la fecundación. Además, la concentración también ha bajado a la mitad con respecto a hace 50 años, acercándose al umbral de la infertilidad. Y el ritmo del descenso se ha acelerado en lo que va de siglo.
La comunidad científica recomienda un volumen de entre 1,5 y 5 mililitros por cada eyaculado. La concentración de espermatozoides debe ser de unos 20 millones por mililitro de semen (puede alcanzar los 150 millones). Y, al menos, el 75% de los espermatozoides deben estar vivos y el 30% bien formados.
INFERTILIDAD MASCULINA
Sin embargo, se constata un progresivo deterioro de la calidad seminal que es uno de los principales factores que explican el aumento de la infertilidad masculina, junto a otros ambientales o genéticos.
A pesar de ello, más del 40% de los hombres nunca se evalúa cuando una pareja tiene problemas para concebir.
Con más de 8.000 muestras de semen analizadas, Instituto Bernabeu detecta un notable empeoramiento del volumen de eyaculado, que registra un descenso continuo.
Por otro lado, la morfología también ha empeorado, con apenas el 1% de espermatozoides por muestra considerados “normales”, cuando hace menos de una década era el 7%.
Así, Belén Lledó, directora científica de esta institución, asegura que “más de la mitad de los candidatos a donantes que se rechazan por mala calidad seminal no cumple los criterios de la OMS”. A su vez, el número de portadores de Enfermedades de Transmisión Sexual también se ha disparado.
UN PROBLEMA MUNDIAL
La baja calidad seminal es un problema a nivel mundial. La concentración de espermatozoides ha disminuido en un 51% globalmente desde 1973. Este descenso ha llevado a la OMS a revisar sus estándares para de calidad seminal.
Según un estudio del profesor Hagai Levine, mientras que desde 1973, la concentración espermática ha bajado a un ritmo anual del 1,16%, desde 2000 lo ha hecho a una velocidad del 2,64%.
Con estos datos, el problema se ha convertido en una preocupación creciente en el ámbito de la salud.
Diversos factores contribuyen al deterioro del semen, incluyendo alteraciones hormonales, inmunológicas, genéticas y ambientales. Entre los factores ambientales, se destacan la exposición a sustancias tóxicas como pesticidas, productos químicos industriales, el consumo de tabaco y drogas y algunas medicaciones, como las destinadas a paliar la caída del cabello o anabolizantes.
AFECTADOS POR ETS
Otro factor in crescendo, que afecta directamente a la calidad seminal, y que por tanto también repercute en la fertilidad, son las infecciones de transmisión sexual (ETS).
Enfermedades como la clamidia, gonorrea y virus como el herpes simple o el papiloma humano (VPH) influyen negativamente en la salud del semen.
De hecho, estas infecciones pueden generar inflamación en los órganos reproductores, dificultando la producción de espermatozoides sanos y afectando la fertilidad masculina.
En este sentido, los institutos de reproducción asistida, constatan un aumento significativo de muestras de semen afectadas por ETS, pasando del 32% en 2019 al 42%, por ejemplo, el año pasado.