El Departamento de Derechos Sociales, Economía Social y Empleo, ha destinado este año 437.139 euros a la financiación del Programa de Convalecencia del Hogar Zoe, un recurso asistencial único en Navarra que atiende a personas enfermas de entre 18 y 65 años con necesidades sociosanitarias múltiples, que se encuentran en situación de riesgo o de exclusión social y carecen de un hogar.

Desde 2019, el Gobierno de Navarra ha financiado la actividad del Hogar Zoe con más de 2,3 millones de euros. Cabe destacar que el presupuesto de este 2025 destinado a este recurso ha aumentado en un 56% respecto al de 2019, que fue de 280.000€. La subvención se formaliza a través de un convenio de colaboración entre la Agencia Navarra de Autonomía y Desarrollo de las Personas (ANADP) y la Compañía Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl.

La consejera de Derechos Sociales, Economía Social y Empleo, Carmen Maeztu, ha visitado recientemente el espacio, ubicado en Ororbia, que cuenta con 10 habitaciones, 5 baños, una sala de talleres, una multiusos, lavandería, cocina, comedor, botiquín y recibidor, distribuidos en dos plantas.

Maeztu ha destacado la importancia de contar con recursos como este, que “ofrecen una atención integral a personas en situación de vulnerabilidad, garantizando cuidados y un trato digno”. En este sentido, la consejera ha recordado “el compromiso del Departamento con la atención centrada en la persona y el fomento de la autonomía para mejorar la calidad de vida y el bienestar de todas las personas”.

Abierto todo el año y con estancias de semanas a meses

El Hogar Zoe permanece abierto todo el año y las personas residentes pueden tener estancias de semanas hasta meses, siendo el tiempo medio de estancia el pasado año de 108 días, algo menos de 4 meses. Con 12 plazas residenciales disponibles, atendió en 2024 a 29 personas. De ellas, 23 fueron nuevos ingresos, el 70% hombres, con una edad media de 52,1 años. Las personas usuarias son menores de 65 años con necesidades sociosanitarias múltiples en las que habitualmente confluyen necesidades de carácter temporal, con potencial rehabilitador, baja necesidad de cuidados sanitarios y sin suficiente apoyo domiciliario y social.

Las solicitudes de ingreso llegan al recurso a través de organismos oficiales como centros hospitalarios, centros de salud o servicios sociales e incluso desde el centro penitenciario, cuando se adelanta una excarcelación por enfermedad grave. Cuando la demanda procede de una persona, se deriva en primer lugar a una evaluación previa de los servicios sociales. Cuando la demanda procede de una solicitud personal, se deriva, en primer lugar, a una evaluación previa por parte de los servicios sociales.

Imagen exterior de Hogar Zoe, lugar donde se atiende a las personas sin recursos.

El último convenio de colaboración, firmado en 2024, destaca como funciones prioritarias del recurso el fomento del crecimiento personal; la realización de un seguimiento médico y el desarrollo de hábitos saludables y de higiene personal; o el aprendizaje de la gestión doméstica y la convivencia, así como la adquisición de nociones útiles para la búsqueda de empleo. El convenio correspondiente a este 2025 está en elaboración y será firmado próximamente.

Asimismo, recoge algunas de las actividades destinadas a aumentar la autonomía de las personas residentes y a promover su autoestima y confianza en sí mismas, como manualidades, estimulación cognitiva, retos de psicomotricidad, lectura, películas, actividad física, informática o pasatiempos. Los talleres tienen como finalidad la recuperación de aptitudes y capacidades que los residentes tienen mermadas o limitadas debido a sus enfermedades, a la vez que se potencian otras habilidades que les ayuden en su vida cotidiana y en su integración social.

Acompañamiento sanitario y socioeducativo

El Hogar Zoe es un recurso residencial de corta-media estancia que atiende a personas enfermas que atraviesan dificultades que derivan en su exclusión social o en el riesgo de caer en ellas. Nació en 1995 como centro de acogida para personas afectadas por el VIH, si bien desde el año 2014 atiende otro tipo de situaciones personales, como problemas de adicción y problemas de salud y exclusión social.

Ofrece alojamiento y manutención para las personas usuarias y garantiza la asistencia y el acompañamiento, tanto sanitario como socioeducativo, a través de una atención integral y continua ante sus necesidades personales y el seguimiento de sus actividades básicas e instrumentales de la vida diaria, de cara a que logren desarrollar una vida normalizada en un entorno digno y adecuado.

El recurso tiene como objetivos potenciar la mejora de los niveles de autonomía personal, favoreciendo la cobertura de las necesidades básicas de la persona mediante la proporción de un hogar, la atención y el acompañamiento individualizado; impulsar la toma de conciencia sobre la enfermedad y el desarrollo de un auto-concepto adecuado de las personas residentes; y apoyar la inserción social de las personas usuarias a través del trabajo en red en el ámbito personal, familiar y social.

Está presente en otras comunidades autónomas y lo gestiona la Compañía Hijas de la Caridad, que realiza así mismo una aportación económica para asumir parte de los gastos de funcionamiento. Las personas residentes son atendidas por un equipo de once profesionales de la educación y el trabajo social, gerocultura, limpieza y mantenimiento, además de monitoras y personal voluntario para algunas de las actividades impartidas.