Los sesenta estudiantes que pasarán a la historia como la primera promoción de Medicina de la UPNA se han convertido en una gran familia. En septiembre de 2019 se embarcaron en una aventura apasionante, no exenta de incertidumbre, y estrenaron un nuevo grado. Seis años después, con el título bajo el brazo, estos jóvenes, que son una piña, están convencidos de que tomaron la decisión correcta. “Ha sido todo nuevo para todos y eso ha generado mucha cercanía entre los estudiantes y el profesorado, y también mucho compañerismo entre nosotros. Nos conocen a todos por nombre y apellido, tenemos una relación muy estrecha”, coinciden los cinco titulados y tituladas que participan en este reportaje. “Hemos abierto camino”, zanjan.

Salvo la mutilvera Claudia Úriz Idoate, de 23 años, que después de toda la vida pensando en hacer Medicina, en 2º de Bachillerato cambió de opinión e hizo el previo de Farmacia y Nutrición en la Universidad de Navarra (aunque después reculó), estos estudiantes tenían claro que querían estudiar la carrera estrella. Celia Saenz de Miguel, de 23 años y de Soria, se inscribió en las universidades cercanas a su casa y accedió a la UPNA en primeras listas. Su compañero de Lanzarote Mohamed Mandiang Solly, de 25 años, aplicó “a todas las universidades de España” porque “desde pequeño mi madre me inculcó ser médico y me lo tomé como un reto”. 

“Al ser sólo 60 y los primeros, el profesorado nos conocen a todos por nombre y apellido”

Claudia Uriz Idoate - Titulada Medicina (Mutilva)

Los pamploneses Javier Prados de Díaz y Esther Etayo Anguiano, de 24 años, llegaron a la UPNA por distintos motivos. Ambos hicieron el previo en la Universidad de Navarra y a ella le aceptaron, pero a él no. “En la EvAU tampoco saqué nota suficiente para entrar en la UPNA. Pero lo que no sabía es que por ser deportista de alto rendimiento se reservaba un cupo de plazas y gracias a esta reserva he podido estudiar Medicina”, reconoce Prados. Su compañera “dudó hasta el último momento” en qué universidad estudiar. “La diferencia en las tasas de matrícula es muy grande y era un factor que valoramos, pero también me generaba dudas el hecho de que fuera una carrera nueva. Mi madre, que es sanitaria, habló con gente y vimos que el plan de estudios tenía muy buena pinta y que se habían volcado mucho y al final me decanté por la UPNA”, cuenta.

“Para muchos profesores era la primera vez que impartían clases y estaban ilusionados y eso se nota”

Javier Prados Díaz - Titulado en Medicina (Pamplona)

Estos fueron sus inicios y el camino por el grado “ha tenido cosas buenas y otras no tanto”, como reconoce Saenz. “Viendo en perspectiva se me ha hecho corta y larga a la vez. Hemos aprendido a ser muy constantes. Es una carrera que exige mucha fuerza de voluntad porque hay que estudiar mucho, pero sobre todo hay que ser muy constante en las horas que inviertes y en el trabajo que realizas. Creo que lo hemos logrado”, afirma.

De i a d. Celia Saenz de Miguel, Esther Etayo Anguiano, Mohamed Mandiang Solly, Claudia Uriz Idoate, yJavier Prados Díaz. Iñaki Porto

Sus compañeros asienten. “Se nos olvida que hemos pasado malos ratos, que es duro y que en época de exámenes sólo estás metido en esto”, afirma Prados, que el primer cuatrimestre de 5º se fue de Erasmus a Portugal junto a Claudia Úriz. “Fue una liberación”, reconoce la joven de Mutilva. “Llevas cuatro años sin parar de estudiar y en 4º no hay prácticas y terminas agotada. En 5º entre el Erasmus y que el segundo cuatrimestre es todo prácticas sirve para coger fuerza y seguir”, afirma Úriz. Ambos, al igual que Esther que estuvo en Italia, recomiendan la experiencia de pasar unos meses en el extranjero. “Es cierto que aquí la exigencia es mucho mayor pero la experiencia lo merece y luego ya recuperas los conceptos”, dicen.

Una exigencia que también destaca Mandiang. “Antes de venir a Pamplona me matriculé en Enfermería en la Complutense . Estuve solo medio año y no sé si por la propia carrera, pero aquí hay más exigencia. Todo es mucho mejor en la UPNA”, afirma.

Cercanía y familiar

Estos jóvenes, recién titulados, hacen una valoración muy positiva de su paso por el nuevo grado de Medicina de la UPNA, que como remarcan permite estudiar esta carrera a estudiantes que no podrían hacerlo en la privada por motivos económicos. Todos coinciden en la cercanía y familiaridad vividas en estos seis años. “Al ser solo 60 y los primeros tenemos una relación muy estrecha con los profesores. Nos conocen a todos por nombre y apellido, bromeamos, nos preguntan qué tal todo...”, asevera Úriz. Su compañero Prados añade: “Para la mayoría también ha sido la primera vez que impartían docencia y lo han cogido con muchas ganas. Están muy ilusionados y eso se nota”.

“Hemos aprendido a ser muy constantes. Es un grado que exige mucha fuerza de voluntad”

Celia Saenz de Miguel - Titulada en Medicina (Soria)

Esta primera promoción ha abierto camino para las nuevas hornadas. “Hemos ido a todo a ciegas. Hemos hecho exámenes sin saber qué valora más cada profesor; no sabemos cómo corrigen. No teníamos ninguna referencia de nada”, asegura Úriz. Tampoco tenían apuntes. “Creamos una comisión y nos repartimos el trabajo. Eso ya no pasa con los de años inferiores”, añade Prados. 

Esta situación en la que “todo era nuevo para todos”, también para el profesorado (muchos tutores es la primera vez que dirigen un trabajo fin de grado), ha generado muchísimo compañerismo y les ha unido mucho. “Tenemos muy buena relación. Tenemos un grupo de whatsapp en el que estamos todos. Este sábado tenemos una cena, el viernes pasado tuvimos otra...Tengo amigos que están en carreras con el mismo número de estudiantes y me dicen que le doy mucha envidia porque hacemos muchos pla nes juntos”, relata Etayo.

El hecho de que sea una carrera que exige “meter muchas horas en la biblioteca” y la procedencia del alumnado (más de 60% es de otras CCAA) influyen también en que esa unión sea más intensa.

Estos estudiantes también valoran que las prácticas comiencen en 2º curso (en otras universidades lo hacen en 3º o más adelante). “Te da vidilla y te das cuenta de que no te has equivocado de carrera”, afirma Úriz. Su compañera Etayo aplaude el plan de prácticas de 5º, con rotaciones cortas , que “te permiten probar muchos servicios y elegir las que quieres. Además 10 días son suficientes para hacerte una idea de si te gusta o no”.

Ahora, a por el examen MIR

La carrera ya la tienen pero para ejercer, siempre que sea en el sistema de salud público, necesitan aprobar el MIR. Estos estudiantes han decidido quedarse en Pamplona para preparar este examen, al que se enfrentará en enero. Tienen pocos días de descanso ya que a mediados de junio, comienzan en las academias.

“Apliqué a todas las universidades ; mi madre me inculcó ser médico y me lo tomé como un reto”

Mohamed Mandiang Solly - Titulado en Medicina (Lanzarote)

Mandiang tiene claro que le gustaría realizar la especialidad de Cirugía. Su compañera Saenz, sin embargo, ha descubierto gracias a las prácticas que “el quirófano no me va”, por lo que optará por una especialidad médica. Le gusta Pediatría pero se muestra abierta. Esther y Claudia también se decantan por especialidades más médicas. A la primera le llama Medicina intensiva “como su madre”, aclara Javier, una especialidad que también le gusta a su compañera que baraja Geriatría y otras. A Prados le gusta todo. “Tengo un abanico muy abierto cosa que es positivo, pero en el momento de elegir sé que me voy a comer mucho la cabeza”, asegura.

Estos estudiantes que, como dicen, “apenas hemos pedido cosas a la UPNA, y eso que hemos estado sin cafetería por las obras de la nueva facultad”, sí tienen una petición de cara a este verano. “Queremos que nos abran la Biblioteca en horario de tarde. Sabemos que por la mañana está abierta pero nosotros necesitamos estudiar mañana y tarde”, afirman

Lanza en favor de la Medicina de Familia

En cuanto su vida después del MIR, todos reconocen que es muy incierta y que tendrán que priorizar ciudad o especialidad. Ninguno descarta quedarse en Navarra, ya que aseguran tiene una buena sanidad e instalaciones como ha comprobado durante las prácticas. A Javier y a Esther, al estudiar ya “en casa” les gustaría vivir la experiencia de pasar unos años fuera, pero también ven interesante trabajar en el hospital donde has hecho la residencia. Y por lo que han visto, el de Pamplona “está muy bien”.

“El plan de prácticas de la UPNA te permite probar muchos servicios y elegir las que quieras”

Esther Etayo Anguiano - Titulada en Medicina (Pamplona)

Consultados por la falta de médicos de familia, todos rompen una lanza en favor de una especialidad que "exige los mismos años de formación como cualquier otra". “Mi madre es médico de familia en Soria y es cierto que hay pacientes que tienen concepciones erróneas”, afirma Saenz. Su compañera Esther asiente: “Hay que darle una vuelta a nivel de la sociedad. Se piensan que no son especialistas pero lo son igual que el resto. Van al médico de familia y piden que deriven al especialistas cuando mchas veces ellos son capaces de resolverlas”. 

Estos jóvenes entienden que se quejen por “la carga de trabajo” que tienen en los centros de salud. “Pero eso que se dice que solo derivan no es cierto. Tienen muchísimos conocimientos, y en el momento saben decidir sobre muchas enfermedades. He aprendido un montón”, reconoce Úriz.

Y todo esto se traslada al MIR. “La gente quiere especialidades sin guardias y con mejor calidad de vida. Y eso no lo tiene Familia. La Administración debe mejorar las condiciones laborales de esta especialidad y revalorizarla”, opina Prados. Y Saenz zanja: “Entre los cien primeros siempre hay quien la elige, pero es muy vocacional”.