Los más pequeños cada vez acceden antes al teléfono móvil. Los primeros smartphones se entregan en 6º de Primaria y a su llegada a 2º de ESO (13-14 años) casi todos los alumnos lo tienen. Una herramienta que puede ser muy útil si se sabe utilizar, pero que por contra puede crear una gran adicción y dañar a adolescentes. El daño se produce en la oscuridad; en unos mensajes de Whatsapp, en fotos de Snapchat, en creencias de “lo correcto” en fotos de cuerpos perfectos y éxitos profesionales en Instagram... Todo ello genera una variante extensa de problemas ciertamente serios. Así se habla de bullying –o ciberbullying, que es ya más común–, aparecen las ideas suicidas y se asume como natural la violencia en relaciones sexuales.
No se trata de buscar razones discriminatorias hacia la juventud. No se trata de denominarla “generación de cristal” o decir que “los niños son más blandos que antes”. Los niños ahora tienen un arma en sus manos que puede ejercer mucho dolor a sus iguales más vulnerables.
Más de 2.000 firmas respaldan la prohibición del móvil en el aula
Con el objetivo de que se retrase la entrega del teléfono móvil a los adolescentes, la asociación Adolescencia Libres de Móviles de Navarra trabaja día a día por concienciar y formar a familias y docentes de las consecuencias que tiene el uso de esta herramienta en edades tempranas. El movimiento ya cuenta con más de 250 personas asociadas y más de 2.000 firmas respaldan la prohibición del uso de teléfonos móviles en el aula en Secundaria.
Fiel ejemplo de este trabajo son las jornadas que organizó ayer la asociación en el Civivox de Iturrama con tres ponentes que trataron el impacto del smartphone entre los jóvenes. La primera intervención corrió a cuenta de Pablo Idoate, profesor de Secundaria y experto en Prevención de suicidio en el ámbito académico. Durante su intervención, Idoate reveló su experiencia en las aulas ante una juventud invadida por el teléfono móvil, y atestiguó las consecuencias negativas que esto genera en su rendimiento académico, pero sobre todo, en su vida y salud mental.
La segunda ponencia la realizó Julen Linazasoro, diplomado en Trabajo Social, autor del libro Sísifo y las redes sociales, y fundador de Macsonrisas, una entidad dedicada a la educación digital y a la seguridad en redes sociales. Durante su intervención, trató el negocio de las redes sociales y sus consecuencias en adolescentes y adultos.
Para cerrar las jornadas, José Luis García, psicólogo y sexólogo autor de numerosos libros sobre sexualidad y pornografía, se dirigió a la audiencia para alertar del consumo exponencial de pornografía entre los jóvenes y de las consecuencias que esto genera en cuanto a la normalización de la violencia sexual en las relaciones íntimas, la vejación de la mujer y los problemas de salud que a la larga genera.