El Caserío de Tafalla, empresa referente en la fabricación de caramelos de calidad, ha recibido recientemente un préstamo participativo por valor de 350.000€ por parte de sus entidades socias: la sociedad pública del Gobierno de Navarra Sodena y el vehículo inversor del reconocido empresario navarro del sector agroalimentario Santiago Sala. Una operación que persigue el objetivo de reforzar el plan de negocio de la fábrica, así como consolidar aún más su crecimiento en los próximos años.
Con una plantilla de 27 personas (15 de ellas, mujeres), la empresa navarra ya ha logrado recuperar sus niveles de facturación prepandemia y espera alcanzar un crecimiento que ronda el 15% en este ejercicio, consolidando así aún más su posición en el mercado nacional e internacional.
Ahora, a través de este impulso financiero y operativo, El Caserío de Tafalla pretende potenciar La Cafetera (1893) y relanzar Dos Cafeteras (1886). Dos marcas centenarias que han influido sobre la historia y los recuerdos de varias generaciones, y a través de las que la fábrica quiere devolver al mercado una referencia muy vinculada a la tradición local.
Además, con este este nuevo paso hacia adelante, la compañía también se atreve a lanzar una nueva línea de caramelos sin azúcar, pensada para un público que busca productos saludables y más respetuosos con el medio ambiente.
“Este respaldo confirma la solidez del proyecto y la confianza en nuestra capacidad de innovar sin perder la esencia artesanal que nos caracteriza. La recuperación de ‘La Cafetera’ ha demostrado la fuerza que tienen las marcas con historia, y ahora queremos hacer lo mismo con Dos Cafeteras. Todo un patrimonio compartido con Navarra y con todos nuestros consumidores”, ha afirmado Ramón San Martín, Director General de El Caserío de Tafalla.
Por su parte, tanto Sodena como Santiago Sala coinciden en la fuerte importancia que supone respaldar a compañías como esta, y la definen como “una empresa familiar con capacidad para revitalizar marcas históricas y abrir nuevas oportunidades de crecimiento, reflejando un modelo que une tradición, innovación y calidad”. Y aseguran que, con este apoyo, buscan “contribuir a consolidar un proyecto que genera empleo, valor añadido y que es un referente en su sector”.
Desde la entrada de ambas entidades socias en 2023, El Caserío de Tafalla ha estado trabajando sobre una nueva estrategia comercial, así como en la mejora y digitalización de los procesos productivos y en aspectos relacionados con su sostenibilidad. De hecho, en relación a este úl5mo aspecto, está trabajando en un plan de reducción de residuos con el propósito de mantenerse firme en su compromiso con el cuidado del planeta.
La fábrica de caramelos con alma
Fundada en 1964, El Caserío de Tafalla cuenta con más de 60 años de historia a sus espaldas y está presente en más de una decena de países repartidos en cuatro continentes. Además, desde 2007, se encuentra en el polígono industrial La Nava de Tafalla. Un lugar desde el que, a día de hoy, elabora hasta 900.000 Kilos anuales de “caramelos con alma”. Precisamente, ese es el lema sobre el que trabaja en el proceso de elaboración de sus cuatro marcas (Caramelos El Caserío, Las Cafeteras, BE4 y Nano), defensoras de los valores de la calidad, la tradición y la innovación. Hoy en día, reconocida por su autenticidad y calidad, la compañía ha sabido adaptarse a las nuevas demandas del mercado manteniendo su esencia artesanal. Sus caramelos forman parte de la memoria de varias generaciones y hoy miran al futuro con nuevos proyectos que refuerzan su legado.