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Consultorio de nutrición | ¿Es verdad que la leche es mala y crea mucosidad?

El farmacéutico y nutricionista, Javier Fernández Ligero, resuelve las dudas de los lectores de manera práctica y divulgativa

Consultorio de nutrición | ¿Es verdad que la leche es mala y crea mucosidad?PIXABAY

El consumo de leche no es necesariamente perjudicial, pero sí es un patrón que debe individualizarse según cada persona. Tal y como explica el nutricionista Javier Fernández Ligero (@nutriligero), es importante valorar el contexto de cada paciente, ya que en torno a la leche se han generado numerosas malas absorciones y problemas de intolerancia intestinal.

[CONSULTORIO] ¿Tienes dudas sobre alimentación o hábitos saludables? Envía tu consulta a lector@noticiasdenavarra.com y el especialista Javier Fernández Ligero las responderá.

La redacción de DIARIO DE NOTICIAS seleccionará las preguntas de los lectores que se publicarán en noticiasdenavarra.com, siempre acompañadas de la respuesta del nutricionista.

Aunque la leche y los lácteos son, en principio, buenos aliados nutricionales —aportan proteínas de alta calidad, calcio y vitaminas del grupo B—, Fernández Ligero recomienda revisar siempre los patrones de consumo mediante una analítica o estudio de intolerancias. Esto permite detectar posibles procesos inflamatorios o dificultades digestivas antes de decidir si mantener o sustituir estos productos en la dieta.

“El kéfir puede ser una buena opción en el desayuno para quienes buscan mejorar sus digestiones”

Javier Fernández Ligero . Nutricionista

En algunos casos, determinadas personas pueden no tolerar bien la leche de vaca, lo que provoca mucosidad a nivel intestinal o digestiones pesadas. En esas situaciones, el especialista aconseja sustituir la leche convencional por otros lácteos fermentados de calidad, como el kéfir de oveja o de cabra, que ayudan a enriquecer la microbiota intestinal y mejorar la salud digestiva.

Mantener una buena salud intestinal

Además, el nutricionista recomienda retrasar ligeramente el desayuno, ya que esta práctica contribuye a una mayor estabilidad de la glucosa y un mejor control metabólico a lo largo del día.

La leche no es mala por sí misma: todo depende de la tolerancia individual y del estado del sistema digestivo de cada persona. Escuchar al cuerpo, realizar controles periódicos y elegir alternativas de calidad son las claves para mantener una buena salud intestinal sin renunciar a los beneficios de los lácteos.