Navarra ha realizado ya 58 eutanasias desde su legalización a nivel estatal en junio de 2021, una cifra que sitúa a la Comunidad Foral como referente en la aplicación de la prestación de ayuda para morir. Desde la entrada en vigor de la ley, tanto el número de solicitudes como el de prestaciones realizadas han ido aumentando, especialmente en los últimos dos años, siendo la mayoría de pacientes oncológicos.
Según los últimos datos facilitados por el departamento de Salud, de junio a diciembre de 2021 se efectuaron en Navarra tres eutanasias; al año siguiente se realizaron 12; en 2023 fueron 10; en 2024 se elevaron a 14; y en lo que va de 2025 –hasta el 31 de octubre– se han llevado acabo ya 19 eutanasias.
Para llevar a efecto la prestación de ayuda para morir, la solicitud debe contar con un informe favorable de la Comisión de Garantía y Evaluación de la Eutanasia, un órgano compuesto por 17 profesionales: cinco de derecho, cinco de medicina, tres de enfermería, tres del ámbito psicosocial y una secretaria técnica del departamento de Salud, que son los encargados de analizar cada caso.
Actualmente el tiempo medio desde la primera solicitud hasta el informe favorable se ha reducido a 27 días, mientras que la demora desde la petición hasta la realización de la eutanasia se eleva a una media de 40 días, 20 menos que el plazo máximo marcado en el procedimiento (60 días). Desde junio de 2021 y hasta finales de octubre de 2025, la comisión ha recibido un total de 103 solicitudes de prestación de ayuda a morir, de ellas se han realizado 58; tres han sido revocadas, 14 denegadas, dos aplazadas y 24 personas han fallecido durante el proceso. Asimismo, actualmente hay tres casos pendientes de realización.
En lo relativo al perfil, el departamento de Salud solo cuenta con datos completos hasta 2024, fecha hasta la que se habían efectuado 39 eutanasias. De ellas, 24 fueron de mujeres (61,5%) y 15 de hombres (38,5%), y la edad media fue de unos 70 años, teniendo 44 años el paciente más joven y 95 el más longevo. El principal motivo de la solicitud fue la enfermedad oncológica, seguida de la neurológica, y en 32 casos el médico responsable de la prestación fue el facultativo del centro de salud y en 7 casos del hospital. En cuanto al lugar en el que se realizó la eutanasia, dos de cada tres personas (26) eligieron que fuese en su domicilio y el resto (13) en el hospital.
Cifras:
4.966 profesionales implicados. En el proceso de la eutanasia están implicados los profesionales demedicina (unos 1.500), enfermería (unos 3.400) y psicología (66), en total 4.966.
Formación:
A través del Observatorio de la Muerte Digna se ha llevado a cabo un programa formativo destinado a profesionales para capacitarlos en la atención del final de la vida.
Con estos datos, Navarra es una de las comunidades referentes en esta materia y arroja una tasa bruta de mortalidad por eutanasia sobre el total de fallecimientos del 0,23%, un 0,20% en el caso de los hombres y un 0,27% en las mujeres. La última comparativa autonómica la llevo a cabo el Ministerio de Sanidad con los datos del año 2023 y en ella la Comunidad Foral presentaba una tasa de 0,20%, la más alta con diferencia entre las comunidades autónomas, seguida de Catalunya (0,12%) y La Rioja (0,11%), y muy por encima de la media estatal (0,064%).
La eutanasia es un derecho efectivo desde la aprobación de la Ley Orgánica 3/2021, de 24 de marzo, de Regulación de la Eutanasia (LORE) que se suma a otros derechos reconocidos en anteriores leyes, como los cuidados paliativos o la realización del documento de voluntades anticipadas. No obstante, esta normativa también recoge la objeción de conciencia por parte de los profesionales y, a día de hoy, un total de 498 se han acogido a este derecho.
Desde la entrada en vigor de la ley, los profesionales sanitarios que se puedan ver implicados en el proceso de la eutanasia pueden acogerse a esta objeción de conciencia, que son los profesionales de medicina (unos 1.500), enfermería (unos 3.400) y psicología (66). De esta manera, los casi 500 trabajadores de Osasunbidea que actualmente están acogidos a este derecho suponen en torno al 10% del total de profesionales que se ven implicados en la prestación de ayuda para morir.
Por otro lado, para atender a la ciudadanía en sus derechos, el departamento de Salud trabaja en la formación de sus profesionales. A través del Observatorio de la Muerte Digna, impulsado por el Servicio de Humanización, Aseguramiento y Coordinación Interdepartamental, se lleva a cabo un programa formativo para capacitar a profesionales en la atención del final de la vida.
Este programa, que consta de dos niveles, básico e intermedio, recoge acciones formativas que se van incorporando a Plan docente del departamento de forma progresiva. De este modo, los profesionales reciben formación correspondiente a tres bloques fundamentales: aspectos bioéticos y antropológicos sobre la construcción del morir; aspectos de comunicación y relación con las personas atendidas y de atención social; y derechos regulados, como cuidados paliativos, eutanasia, documento de voluntades anticipadas
