Un grupo criminal dedicado a la explotación sexual que operaba en una casa de citas de la localidad malagueña de Rincón de la Victoria ha sido desarticulado por la Policía Nacional, actuación que se ha saldado con veinte detenidos, de los que ocho han ingresado en prisión por orden judicial.

Los delitos que se les imputan son trata de seres humanos con fines de explotación sexual, tráfico de sustancias estupefacientes, blanqueo de capitales y pertenencia a la organización criminal, según ha informado este viernes la Policía en un comunicado.

Las mujeres eran forzadas a trabajar periodos continuados de 21 días y jornadas de 24 horas los siete días de la semana mientras pernoctaban en la propia casa en condiciones de hacinamiento, según revela la investigación policial, iniciada hace dos años.

El volumen de negocio que se desarrollaba en la casa de citas era muy superior al de la mayoría de clubes de alterne de la provincia de Málaga.

Las pesquisas policiales apuntan a que la casa "podría haber dado cabida a más de 300 mujeres", que eran explotadas en su interior a través del ejercicio de la prostitución y eran obligadas a ofrecer droga a los clientes.

La organización obtenía grandes beneficios en los porcentajes, tanto por los servicios sexuales como por las consumiciones de los clientes.

La investigación se ha desarrollado en varias fases y se ha prolongado debido a la dificultad de acceso a las víctimas y la complejidad de los hechos, que fueron comunicados de forma anónima a la Policía.

Los agentes constataron, a partir de las declaraciones de las víctimas, que se trataba de un grupo criminal organizado y estructurado, que dirigía un hombre con un amplio historial delictivo.

En la actuación se han practicado cuatro entradas y registros, donde se han intervenido 60 gramos de cocaína, 25 gramos de cocaína rosa, 800 gramos de marihuana y 6.785 euros, además de precursores para fabricar sustancias estupefacientes y numerosa documentación.

Los investigadores averiguaron que los altos beneficios económicos que obtenían los integrantes de la red eran blanqueados a través de una empresa de alojamientos turísticos creada por el cabecilla de la trama y sus colaboradores más cercanos, que habían ampliado su estructura societaria con otras dos mercantiles.

Originariamente, canalizaban las liquidaciones recibidas en los puntos de venta TPV instalados en el club de alterne a las cuentas bancarias de la sociedad principal, que llegó a facturar en cinco años más de 1.280.000 euros.

Posteriormente, ese patrimonio era utilizado para simular la adquisición de bienes y servicios entre las tres mercantiles investigadas.

Según la Policía, esta trama ha permitido incorporar al tráfico legal las ganancias económicas obtenidas tanto a través de la explotación sexual como el tráfico de sustancias estupefacientes, lo que ha dificultado "arduamente" la investigación.