La de este domingo fue una feria inusual, ya que debido a la situación epidemiológica que afecta al ganado, todas las actividades relacionadas con animales quedaron suspendidas y, por tanto, el recinto ferial estuvo vacío durante todo el fin de semana en Tafalla. Concretamente, la situación de la influenza aviar en aves de corral en el Estado y los diversos focos de Dermatosis Nodular Contagiosa fueron lo que llevaron al Gobierno de Navarra a prohibir toda actividad tanto bovina como avícola y caballar.

A pesar de la anomalía, la Plaza de Navarra se reafirmó como centro neurálgico de la feria y tanto los 36 puestos instalados en ella, como los aledaños del Casco Antiguo gozaron de una amplia amalgama de visitantes durante las horas punta del mediodía.

La Feria de Antigüedades vivió un constante ir y venir de curiosos y en sus 18 puestos pudieron verse todo tipo de reliquias: colecciones de relojes, tallas de madera y demás obras artísticas, coches de juguete todavía empaquetados, figuras de porcelana, candelabros… Numerosos libros, cuanto menos peculiares, se vendían a precio irrisorio, para sorpresa y agrado de sus compradores.

Domingo de ferias de octubre en Tafalla Endika Iriso

En los jardines; bisutería, bolsos, ropas… Mientras que en la feria artesanal y alimentaria de la plaza volvían a verse colas en los ya clásicos dos grandes feudos; el puesto de talos de Ataun y, por supuesto, las rosquillas de Horno Vidaurre, que tras 18 años de exitosa andadura cumplía con sus últimas Ferias de Tafalla. Alicia Elizondo y Javier Vidaurre cerrarán la persiana del negocio tras las ferias de Mélida y Caparroso en diciembre. Cuando le preguntábamos a Javier el secreto de la estampa, respondía sonriente: “No se cuál es el porqué de esta cola, será que las rosquillas están buenas, aunque yo no me esperaría tanto tiempo como lo hace la gente”.

Demostración de oficios antiguos

Bajo los porches de la zona norte, el azagrés Pedro Carrascón elaboraba sillas de anea y de rejilla siguiendo la tradición familiar. A su lado, el taller de alfarería gozaba de gran participación infantil. Por otra parte, el taller de fieltro y tintura corrió a cargo de Elena Herrero y Amelia Torres. Manteniendo la antigua usanza, Elena escarmenaba la lana eliminando impurezas y realizando un proceso de peinado y estiramiento para limpiar y separar las fibras. Los fieltros los realizaban con agua y jabón, dando como resultado una tela rudimentaria a la que después Amelia le daba color utilizando productos naturales; plantas como flores de dalias, de tagete, cáscaras de cebolla y granada, pepas de aguacate o incluso bichos como la cochinilla canaria. En su puesto mostraban los espeluznantes resultados, con tintes muy colombinos derivados de la dalia o los azules sacados del índigo.

Domingo de ferias de octubre en Tafalla Endika Iriso

La nota musical la volvieron a poner la Comparsa de Gigantes de Adier Marco y los Gegants de Molins de Rei, que tras bailar en la plaza realizaron un breve pasacalles. Les cogió el relevo la txaranga Zidacos a la hora del vermú y el Dúo Imperial ofreció un concierto a la tarde en el Centro Cívico. Por último, Mielotxin puso fina a las ferias con un recital en el Kulturgune organizado por la Peña Sport.