La mujer con la que estaba casado Alfredo Ogando Uceta, Gualey, sabía que el autor del asesinato de su marido estaba a punto de caer. “El domingo ya nos avisaron de que le habían visto en el aeropuerto de San Domingo, así que sospechábamos que venía a España para entregarse. También sabíamos que su papá y su mujer habían viajado a Santo Domingo para convencerle de que se entregase”, ha declarado este martes la viuda de Gualey, tras adelantar este periódico la detención en Madrid de Yaronknys Miguel Jiménez Pérez, autor del crimen.

La familia del hombre asesinado, afincada en el barrio pamplonés de la Rochapea, ha vivido semanas de "luto y dolor, pero también de rabia", porque “teníamos información de que el asesino de mi marido estaba en República Dominicana, en casa de su padre. Se fue allí como si nada, porque subía a sus redes sociales mensajes contra mi marido, al que conocían como Ave Fénix. Él escribió: “El Ave Fénix se me quedó chiquito”, afirma, en alusión a su marido. “También ha subido vídeos en los que se le ve celebrando, bebiendo y cantando canciones cuya letra puede hacer referencia a mi marido y a lo que pasó en sentido de burla. Eso multiplica el dolor que sentimos. Ha estado dos meses burlándose de nosotros”, asevera la viuda de Gualey.

En la mañana de este martes, la mujer contó a sus dos hijos adolescentes (en total tiene cuatro hijos e hijas con el hombre asesinado) que el hombre que había matado a su padre ya había sido detenido. “A mis hijos les tengo prohibido que entren en redes sociales y esta mañana, al saber que ya lo habían detenido en Madrid, les he contado que el asesino de su padre ya estaba detenido”.

"Ha subido vídeos en los que se le ve celebrando, bebiendo y cantando canciones en las que se burla de mi marido"

Viuda de Alfredo Ogando Uceta

“Espero que se haga justicia por lo que le han hecho”, asegura la mujer de Gualey, quien cree que “le dieron mucho margen a escapar. La Policía debería actuar más rápido en casos así, porque ya tenían su nombre como sospechoso y se pudo ir. Cuando vino la Policía Foral a mi casa, a las 12.00 horas del día del asesinato, él ya estaba en el aeropuerto de Madrid. Estaba todo planeado”, asegura, para insistir en que “le tendieron una trampa. Era un hombre deportista y es raro que le pillasen dentro de un coche y no pudiese reaccionar”.

Según desvela, su marido tenía intención de trasladar su residencia a República Dominicana después de Semana Santa, cuando cumpliría 49 años. “Ya había dicho que su deseo era volver a vivir a República Dominicana. Su muerte nos ha destrozado la vida”, finaliza.