El nivel de fraude al seguro en Navarra se ha invertido drásticamente en los últimos siete años. Si en 2016 la Comunidad Foral figuraba entre las CCAA que menor tasa de fraude presentaba, en los últimos dos ejercicios se ha situado en el podio de las tres regiones del Estado con un mayor porcentaje de estafas. No en vano, la tasa de fraude al seguro en Navarra ha pasado del 0,81% al 3,06% en la última década. 

Así se desprende del X Mapa AXA del fraude en el Estado, un informe que revela que en España en su conjunto la tasa se ha doblado en los últimos diez años, pasando del 0,95% en 2012, al 1,95% en 2022. El crecimiento ha sido constante, con un repunte especialmente significativo en el año 2020, coincidiendo con la pandemia de la covid-19 y el confinamiento obligado.

Fuente: X Mapa AXA del Fraude en España

En estos últimos diez años, las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla son las que más han repetido en el podio de las mayores tasas, superando los dos dígitos. Junto a ellas, Murcia y Navarra se sitúan como las regiones con mayores tasas de fraude al seguro. En el lado contrario están Madrid, Catalunya la CAV son las CCAA que más aparecen entre aquellas con menor tasa de fraude en los últimos diez años. 

El Auto sigue siendo el rey

A pesar de que el Auto (movilidad) continúa siendo el área de negocio que concentra el mayor porcentaje de fraude al seguro, éste ha caído de manera muy significativa en los últimos diez años. En 2012, siete de cada diez casos de fraude al seguro se producían en el ramo del Auto, mientras que en la actualidad son cinco de cada diez

Es exactamente lo contrario de lo que ha ocurrido con el ramo de Multirriesgos (Hogar, Comercio y Oficinas, y Comunidades). Aquí el porcentaje se ha duplicado en diez años, pasando del 7%, al actual 13%. El aumento de los eventos climáticos severos ha podido servir como coartada para simular o fingir daños no relacionados con tales causas o, en caso de existir, exagerar tales daños.

Más daños que los reales

La forma en la que se distribuye el fraude en función de su tipología apenas ha variado en los últimos años. Más de la mitad corresponden a casos en los que el asegurado ha sufrido un siniestro real, pero intenta introducir daños que nada tienen que ver con el suceso. De todos estos casos, los que trataban de defraudar menos de 600 euros, han supuesto entre el 50% y el 60% del total en los últimos diez años.

Por otra parte, el 41% de todo el fraude corresponde a casos en los que existe una premeditación, una planificación para tratar de delinquir y obtener un beneficio económico del seguro, ya sea a través de un daño real a o ficticio. Este porcentaje se ha mantenido más o menos estable a lo largo del tiempo y el coste medio ha oscilado entre los 3.000 y los 4.000 euros en el mismo periodo.

Finalmente, el peso de las tramas organizadas en el total de los casos es relativamente menor, apenas el 3%. Sin embargo, los importes defraudados por cada una de ellas son mayores y la forma de combatirlo, más compleja, concluye el informe.