Una joven de 18 años falleció el pasado 20 de septiembre después de que los primeros médicos que la atendieron confundieran un derrame cerebral con una otitis. La chica llegó a urgencias del Centro de Especialidades La Longuera, en Chiclana, acompañada por sus padres y con vértigos, dolor en el oído derecho, sin mantenerse en pie y respuesta verbal anormal.

Según informa el Diario de Cádiz, desde ese centro fue derivada a las urgencias del Hospital Clínico de Puerto Real, donde también le fue diagnosticada “dificultad para levantar y mantener el brazo izquierdo”. Allí fue sometida a un análisis de sangre y le dieron el alta con un diagnóstico de otitis y un tratamiento para los vértigos y los dolores de cabeza.

Sin embargo, los padres se negaron a abandonar el centro ya que su hija seguía sin poder mantenerse en pie y tenía convulsiones y rigidez. Fue entonces cuando se solicitó una nueva prueba y tras un nuevo examen médico se anotó que presentaba una pérdida de conocimiento, relajación de esfínteres y un deterioro progresivo de nivel de conciencia durante su estancia en urgencias.

Tras la presión ejercida por una familiar de la joven que era sanitaria, finalmente trasladaron a la joven al Servicio de Radiología para realizarle un TAC craneal que confirmó, según el diario, que la paciente sufría una “trombosis con derrame cerebral con estado muy grave". Acto seguido fue ingresada en la UCI del Hospital Puerta del Mar en situación crítica y, pese a haber sido sometida a una operación urgente, falleció dos días después.

Ahora, su familia ha denunciado al Servicio Andaluz de Salud por negligencia y por la deficiente atención médica recibida por su hija.