La conclusión, por reiterada, no deja de dibujar un panorama preocupante. La de este año se ha convertido en la segunda Memoria de la Fiscalía que, de manera consecutiva, ha destapado la dificultad para esclarecer la autoría de los delitos de estafa informática. El mensaje que lanza el Ministerio Público es el alto grado de impunidad en forma de absoluciones en juicios cuando estas causas llegan a una vista oral y, además, el gran porcentaje de procedimientos que ni siquiera llegan a juicio por no conocerse el autor. Dentro de este tipo de estafas informáticas, siguen destacando aquellas cometidas mediante el ofrecimiento falso por Internet de objetos para la venta en segunda mano. 

Precisamente porque los atestados policiales que se originan sin llegar a determinarse el autor ya no llegan a los juzgados y la Fiscalía no tiene conocimiento de dichos asuntos podría entenderse que el pasado año 2022 se ha producido una menor incoación de diligencias previas iniciadas por delitos de estafa, en concreto del 8,57%, al pasar de las 1.681 del año 2021 a las 1.537 del año pasado. No obstante, la Fiscalía aprecia que con relación a esta disminución en el caso de las estafas y dado que en su gran mayoría se producen por internet, “hay que tener en cuenta, para apreciar el dato en su justa medida, que en su gran mayoría se incoan en base a los atestados remitidos por la policía con autor conocido, mientras que si se desconoce ese autor no se remiten al juzgado. Va siendo cada vez mas frecuente que policialmente no se pueda determinar esa autoría, en ocasiones por no resultar viable la obtención de datos necesarios para la identificación del autor por diligencias que se puedan realizar fuera de España, incluso con las que se requiere intervención judicial”.

El Ministerio Público constata que tenemos que señalar que “cada vez es mas difícil investigar este tipo de delitos, debido a la imposibilidad de obtener elementos probatorios suficientes que permitan descubrir su autoría. Asimismo, se constata que los delitos leves de estafa se comenten casi en exclusiva a través de las páginas web de venta de artículos por interne”t. También hay que señalar que han aumentado drásticamente las grandes estafas realizadas utilizando técnicas de ingeniería social. A ello hay que añadir además el aumento de los delitos en los que se utilizan criptomonedas, “que van pasando de ser anecdóticos a configurar otra parte más de las estafas agravadas”. 

Los investigadores también hacen alusión al problema particular que presentan las llamadas estafas-masa (aquel delincuente que comete múltiples hechos delictivos en distintas partes del Estado a través de su ordenador), al que sigue sin darse una repuesta procesal adecuada, dada la complejidad de llevar todos los hechos cometidos por una misma persona utilizando el mismo mecanismo y con gran cantidad de perjudicados en una sola causa, en atención a la dispersión de los denunciantes, la pluralidad de puntos de la geografía en los que se denuncia y el tratarse de pequeñas cantidades estafadas a cada particular, que dan lugar en su gran mayoría a delitos leves.