Antonio Giger Kaufmann, el hombre que en diciembre de 2022 confesó haber asesinado a golpes en su domicilio de Zaragoza a su esposa, la navarra María del Carmen Rincón Huerta, de 80 años y natural de Cortes, ha fallecido en la última semana tras haber permanecido ingresado en el hospital Miguel Servet de Zaragoza, según una información que publica 'Heraldo de Aragón'. El hombre falleció el pasado 15 de mayo en el centro hospitalario y el juzgado que tramitaba la causa ya ha tenido conocimiento de su muerte y lo más posible es que en las próximas semanas decrete el archivo de la causa por haberse extinguido la responsabilidad penal del acusado debido a su fallecimiento. El juicio que iba a ser por jurado popular no tenía todavía fecha prevista para su inicio porque el procedimiento no se había elevado a la Audiencia de Zaragoza.

Giger permanecía en la cárcel de Zuera en prisión provisional comunicada y sin fianza después de haber confesado el crimen. Su salud había empeorado en las últimas fechas y había sido ingresado por una indisposición, según la misma información. En el juicio se iba a enfrentar a una petición de 25 años de prisión por delito de asesinato.

Concentración en Cortes al conocerse el fallecimiento de Carmen Rincón. Fermín Pérez Nievas

Fue el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Zaragoza quien decretó el encarcelamiento del agresor hace 17 meses. La magistrada le envió a prisión tras escuchar las manifestaciones hechas por el acusado sobre las razones que le habrían impelido a cometer el crimen, en principio la intención de la víctima de abandonarle tras 30 años de convivencia, que se había deteriorado con el paso del tiempo. La mujer le había comunicado su intención de separarse y ello fue el detonante de una agresión brutal.

La jueza valoró a la hora de decretar la medida de prisión la brutalidad empleada por el detenido en el crimen de la víctima, que fue encontrada en un charco de sangre tras recibir múltiples golpes con un martillo en la cabeza y en otras partes de su cuerpo. El hombre no presentaba dolencias significativas en el momento de ser encarcelado.

El asesino confeso, de origen argentino y de nacionalidad suiza, perpetró el crimen en el domicilio en el que vivía la pareja en la calle San Miguel, en la zona centro de la capital aragonesa, y un día después se entregó a los miembros una patrulla policial que se encontraba de servicio en el paseo de la Independencia, a quienes les dijo que había matado a su mujer.

Parientes de María del Carmen Rincón aseguraron en Cortes que la mujer "estaba como abducida" por el autor del crimen, al que calificaron como "un mal bicho". El matrimonio vivía prácticamente aislado de su entorno en el piso propiedad de ella y no tenían hijos en común.

Carmen Rincón Huerta, al igual que su familia, era natural de la localidad navarra de Cortes, si bien al casarse, sobrepasados los 40 años de edad, trasladó su residencia a Zaragoza. El hombre había tenido un matrimonio con anterioridad. La mujer asesinada, que tuvo dos hermanos (uno falleció y el otro reside en Tudela), contaba actualmente con parientes en Cortes, donde vivió gran parte de su vida. De joven vivió con su familia en la conocida hoy como calle Azucarera, una calle que lleva a la estación de Cortes, y sus parientes la recordaban como “muy buena y cariñosa, como una hermana”. 

Habilidosa con la artesanía

Los parientes de Cortes de Carmen recordaban en el momento de decirle adiós que era también “muy habilidosa con todo lo que era artesanía y el trabajo con las manos” y especialmente realizando ropa y vestidos, aunque también de joven tocaba el piano. De hecho durante muchos años se dedicó a tejer vestidos de ”puntos rusos” para niñas y a enseñar a sus vecinas de Cortes, incluso creó una marca con la que siguió al irse a vivir a Zaragoza. 

Algunos parientes señalan que conoció a su marido, que trabajaba en la base americana de Zaragoza y tenía doble nacionalidad suiza y argentina, “por una agencia o algo así” y si bien al principio era “más suave” con el tiempo se convirtió, según los parientes, “en un mal bicho. La tenía como abducida” y de hecho, tras contraer matrimonio e irse a vivir a Zaragoza, ya no volvió a Cortes”.

El pasado mes de marzo se inauguró en el cementerio de Cortes un monolito que honraba la memoria de Carmen Rincón y que representaba con una mano violeta la lucha contra la violencia de género.