La Fiscalía reclama cuatro años de prisión y que se acuerde la sustitución de las penas de cárcel por la expulsión del país de los acusados y la prohibición de retorno durante diez años para los dos jóvenes varones, de 18 y 25 años y de origen magrebí, que el pasado 8 de enero robaron el bolso en la calle a una trabajadora que se dirigía a su puesto de trabajo en el Hospital Universitario de Navarra. La asaltaron a primera hora de la mañana y la amenazaron con un cúter para robarle. Antes de ello, uno de los jóvenes había hurtado el teléfono móvil de un repartidor del pan que se había dejado la puerta abierta de la furgoneta para descargar. Les acusan de un delito de robo con intimidación y uso de armas y un delito leve de hurto. El juicio se celebrará en las próximas semanas. Los dos acusados se encuentran en prisión provisional desde que ocurrieron los hechos.
El escrito de acusación refleja que sobre las 6.30 horas del 8 de enero de 2025, los acusados, en situación irregular, se acercaron a la víctima, a la que habían visto aparcar su coche, y le dijeron algo en francés. Al no entender lo que le decían, la víctima se volvió y les explicó que no les comprendía. Los investigadores le tocaron por detrás y cuando ella se giró, uno de los procesados le mostró amenazadoramente un cúter, se lo acercó a la mujer y esta, ante el temor a ser atacada, puso el bolso delante de ella como defensa, momento en que el imputado cortó las asas del bolso, cayendo éste al suelo. Ahí aprovecharon para llevárselo y el otro acusado le rodeó y le quitó el bolso de comida que llevaba. Huyeron y fueron detenidos poco después por la Policía Foral en la Taconera tras haber ocultado algunos de los objetos que habían robado en un contenedor.
La jueza encontró indicios suficientes para imputar a a ambos jóvenes la comisión de un delito de robo con violencia e intimidación con uso de instrumento peligroso y de un delito de hurto por el móvil que sustrajeron a un repartidor de su vehículo en la avenida Bayona. Recordaba el auto judicial que a los detenidos se les localizó entre sus pertenencias de uno de los encausados un monedero con más de 150 euros y las tarjetas.
Posteriormente, el otro arrestado ofreció indicaciones para que se localizara en un contenedor de basura situado en las inmediaciones tres teléfonos, dos de ellos de la mujer, así como el bolso, las gafas graduadas y los juegos de llaves, todos ellos reconocidos por la perjudicada. Igualmente, fue localizado el cúter empleado para intimidar a la víctima y cortar las asas del bolso que portaba. Además de lo anterior, ha sido recuperado un teléfono móvil el cual había sido sustraído hacia las 5.00 de la mañana a una persona que realizaba labores de repartidor, aprovechando que había bajado de la furgoneta que conducía en la zona de la Avenida de Bayona. Como consecuencia de los hechos ocurridos, la mujer sufrió un ataque de ansiedad por el que fue atendida en el Complejo Hospitalario.
El riesgo de fuga, la falta de arraigo y la reiteración delictiva
En el auto judicial por el que se decretó el ingreso en prisión de ambos consta que el joven de 18 años fue detenido en el mes de noviembre de 2024 por un presunto delito de robo con violencia o intimidación hallándose pendiente de juicio, así como en el mes de junio por un delito de amenazas. En sede judicial solo ha declarado a preguntas de su Letrado y no ha dado ninguna versión acerca de los hechos atribuidos que pudiera desvirtuar los indicios existentes frente a él. El otro autor de los hechos, de 25 años, ha manifestado que ni siquiera conoce al otro detenido y que "la primera vez que lo ha visto ha sido al detenerles la policía a los dos". Ha declarado que lleva en Pamplona diez días, que vive en Bélgica, que vive de los ingresos de su mujer, donde no tiene situación regular, que no le han permitido cruzar la frontera y que aquí está viviendo en la calle. Señala que el motivo por el que llevaba el monedero de la víctima y tarjetas a su nombre es porque los había encontrado en una obra cercana al lugar donde ha sido detenido. La jueza resalta que esta versión "carece de cualquier credibilidad a la vista de los datos que se han hecho constar en el atestado".
La jueza expone que a la vista de los hechos imputados, de la gravedad de los delitos de que son constitutivos y las penas que en su caso pudieran corresponder, procede decretar la prisión provisional comunicada y sin fianza de ambos detenidos. Y ello para evitar el riesgo de fuga derivado de su carencia de arraigo en España, no teniendo trabajo ni actividad alguna estable ni situación regular en España. En uno de ellos se incrementa su riesgo de fuga por el deseo de regresar a Bélgica, donde dice vivir. La medida de prisión igualmente es necesaria para "evitar el riesgo de reiteración delictiva habida cuenta que en apenas una hora y media habrían cometido dos delitos contra el patrimonio, en una evidente escalada de violencia, y habiendo sido uno de ellos detenido por hechos similares hace dos meses".