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Condenado por robar el 'secreto del vino' de la empresa navarra en la que trabajaba para fundar otra igual en Sevilla

Dos años de prisión al acusado y un año a su socio por sustraer información clave y saltarse los acuerdos de confidencialidad

Condenado por robar el 'secreto del vino' de la empresa navarra en la que trabajaba para fundar otra igual en SevillaArchivo

Se podría titular el robo del secreto del potenciador del vino. El caso sentó en el banquillo a dos socios de una empresa sevillana dedicada a la elaboración de materia prima necesaria para el sector vitivinícola, porque uno de los empresarios, biólogo de profesión, estaba acusado de sustraer documentos clave en la investigación del producto, planos de las infraestructuras necesarias y listado de clientes de la empresa navarra para la que trabaja entre enero de 2018 y febrero de 2020.

A su salida voluntaria de la mercantil, situada en la Comarca de Pamplona, se las ingenió para con su otro socio montar una firma dedicada al mismo objeto social utilizando, según ha sentenciado ahora la jueza, la información que obtuvo tras su paso en la empresa navarra y saltándose todas las cláusulas de confidencialidad que había firmado.

La titular del Juzgado de lo Penal 2 condena a dos años de prisión, con la atenuante de dilaciones indebidas, al empresario que se llevó la información de la firma navarra mientras que a su socio le impone un año de cárcel. A ambos les condena también a multas de 4.320 euros mientras que la responsabilidad civil (que en el escrito de Fiscalía se situaba por encima del millón de euros) no queda fijada en sentencia al reservarse la acusación particular la posibilidad de ejercer acciones civiles en otro procedimiento.

En cualquier caso, la jueza condena prácticamente a un cierre técnico a la empresa de Sevilla, puesto que prohíbe cualquier acto que implique la revelación de los secretos de la empresa navarra y a cesar de inmediato en la utilización de cualquier forma de dichos secretos empresariales, especialmente la producción, oferta o comercialización de mercancías infractoras que incorporen de cualquier modo, total o parcialmente, dichos secretos. Además acuerda la remoción mediante la entrega a la empresa navarra de cualquier documento, copia, fotografía, material o fichero electrónico que contenga el secreto empresarial de la firma de la Comarca de Pamplona, y a la destrucción de cualquier producto que lleve incorporado dicho secreto.

Era el responsable de producción y tenía libre acceso a la información

El principal acusado fue contratado como responsable de producción de la planta navarra, que llevaba ya varios años de actividad en torno a la creación de productos utilizados para una mejor elaboración de los caldos vinícolas. Desde su puesto de trabajo tenía libre acceso a la información de la misma, aunque si bien es cierto que en su contrato figuraba un acuerdo de confidencialidad en el que se comprometía a no usar y difundir dicha información interna. La empresa navarra llevaba años invirtiendo dinero en potenciar su materia prima a través de I+D+i (Investigación, desarrollo e innovación) y, de hecho, su fundador manifestó que "llevaba toda una vida investigando sobre este tema". En 2019 ambos acusados contactaron por vez primera y tras valerse del trabajo de uno de ellos en Navarra, "obtuvieron la información, sin necesidad de inversión alguna en I+D+I, así como recetas de productos y cultivos, planos y documentación de distribuidores y previos de los productos". De esta forma lograron sacar al mercado, sin contar con las instalaciones para ello, de una materia prima equivalente a la que se trabajaba en la Comarca de Pamplona, imitando en esencia la composición.

El encausado que había trabajado en Navarra trató de restar importancia en el juicio a los datos que aparecieron en su ordenador y declaró que siempre usaba su portátil para trabajar, por lo que se lo llevó cuando salió de la empresa y no se le indicó que tuviera que borrar ninguna información. Además, dijo que el valor añadido de la actividad de la empresa navarra "no le parecía innovadora, lo que fue innovador fue usar esa tecnología en el ámbito enológico" y que consideraba que las recetas eran suyas. La Guardia Civil inspeccionó tras la denuncia de la empresa navarra la nave en Sevilla que servía de laboratorio de los acusados. Manifestaron los agentes que no había ni rastro ni indicio de que allí hubiera investigación, prueba o ensayo ni actividad industrial alguna, que no parecía un laboratorio en activo y que al analizar los portátiles de los acusados encontraron documentos de la empresa navarra.

La denuncia se interpuso después de que la firma de la Comarca de Pamplona recibiera en mayo de 2020 una llamada de un cliente de Catalunya, que le comunicó que había una empresa en Andalucía que hacía exactamente lo mismo que ellos. Al indagar en la web, la empresa navarra halló su secreto al descubierto.