El ciclista fallecido este martes al ser atropellado por una furgoneta, Javier Zamora Larrea, de 63 años, era un hombre muy apreciado en Etxauri, donde vivía desde hace años con su actual pareja y los hijos de esta, con los que tenía una estrecha relación, y en Lumbier, su localidad natal, donde residió durante gran parte de su vida. Tenía tres hijos de su primer matrimonio y fue durante tres décadas profesor en el CIP Donapea, en la rama de Automoción.

Su formación era como Ingeniero Mecánico pero su devoción era el alumnado y la formación. Los compañeros que compartieron décadas de trabajo con él le recuerdan como un docente afable, de buen trato, siempre conciliador y muy buena persona. “Era el típico profesor del que el alumnado guarda buen recuerdo, era tranquilo, no le asustaban los retos ni los trabajos difíciles y sumaba mucho en equipo”.

Aficionado a la bicicleta

Javier Zamora también tenía un perfil deportista, puesto que era muy aficionado a la bicicleta. De hecho, de los tiempos en los que vivió en Lumbier, algún profesor de Donapea recuerda que incluso se desplazaba en bicicleta al centro.

Asimismo, el vecino de Etxauri fallecido era muy aficionado a las motocicletas y participó en alguna ocasión en el cross de la localidad, la popular carrera a pie.