El viento ya no mueve molinos, sino balances. El sol no calienta únicamente tejados, sino también hojas de resultados. La revolución energética que hace una década parecía un experimento verde es hoy una estrategia de rentabilidad.

Las compañías que invierten en renovables no solo lo hacen por convicción moral, sino también porque han descubierto que la energía limpia también genera beneficios limpios. Por eso, la energía renovable se ha convertido en la alternativa escogida por una gran cantidad de empresas que se preocupan por su rentabilidad, su imagen corporativa y su actividad productiva.

En la actualidad, de acuerdo con los datos ofrecidos por la agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA), el Estado español ocupa el octavo puesto entre los países con mayor número de energía limpia instalada. De esta manera, comunidades y empresas de diversas regiones del país se han sumado a este proceso por las múltiples ventajas que tiene el uso de las energías renovables. 

Economía limpia

Uno de los principales beneficios es, por supuesto, el económico, ya que la instalación de paneles fotovoltaicos reduce considerablemente el coste de la tarifa de la luz que se genera en las industrias. Además, minimiza los gastos de mantenimiento y reparación del sistema eléctrico tradicional, por lo que las empresas pueden destinar el presupuesto hacia el incremento del desarrollo y crecimiento. De hecho, las empresas que apuestan por la autogeneración solar reducen hasta un 30% sus costes eléctricos.

En sectores intensivos, esta diferencia puede marcar el límite entre la pérdida y el beneficio. Aunque las fuentes de energía renovables dependen del clima, son mucho más estables y distribuyen mejor la energía dentro de la empresa. Además, el tiempo de resolución de averías es menor, por lo que este recurso reduce interrupciones de energía y ayuda a mejorar la productividad del equipo de trabajo.

Inversión sostenible

Asimismo, la presión de los mercados financieros ha cambiado las reglas del juego. Los fondos EGS -fondos de inversión que integran criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo- canalizan billones de euros hacia empresas comprometidas con la sostenibilidad. Las compañías que demuestran avances reales en descarbonización acceden a préstamos más ventajosos y a inversores institucionales que buscan estabilidad a largo plazo. De esta forma, ser verde abre, literalmente, la puerta al capital.

Reputación y atracción de talento

La energía limpia también genera confianza. Las marcas que integran la sostenibilidad en su modelo de negocio gozan de mejor reputación ante consumidores, administraciones y empleados. En un mercado donde el talento joven tiene muy en cuenta los valores tanto como el salario, una estrategia energética responsable puede ser la mejor campaña de Recursos Humanos.