Jokin Iriondo ya era conocido en Aizarnazabal y en Zumaia (pueblo en el que comenzó a vivir a los 18 años), pero desde su paso por MasterChef ha disparado su fama. Tiene unos 17.000 seguidores en Instagram. Con su humildad, las ganas de trabajar y aprender, su gracia natural y su castellano ha conquistado a los amantes del programa de cocina, que son millones en todo el Estado. En estos momentos se encuentra trabajando en el restaurante que MasterChef tiene en Madrid para que los fans lo conozcan y prueben sus platos. Atiende la entrevista en un rato libre entre plato y plato.

Mis amigos me animaban para que me apuntara y yo les dije que lo haría en la décima edición. En diciembre, al fin, tomé la decisión. Muchos me decían que podía ser candidato. 

¿Cómo fue la prueba? Al principio dio positivo en covid-19. 

–Al principio, había que superar unos formularios y si los pasas te piden que envíes un vídeo de presentación. Lo grabé delante de un bar, lo envié y me seleccionaron. Hice la prueba en Bilbao y di positivo en covid, pero les dije que, por favor, me diesen otra oportunidad y me la dieron para ir a Madrid. Allí me clasifiqué para el 50/15 e hice unas kokotxas ricas, y entonces me cogieron. Estaba nervioso, pero imaginaba que entraría; creo que soy un chico peculiar y que llego a la gente. 

¿Cómo definiría su paso por Masterchef?

–Como un acontecimiento, un cambio en mi vida. Al principio, cuando estábamos dieciséis personas metidas en una casa durante las 24 horas se me hizo un poco duro, porque solo te dejan hablar con la familia 20 minutos a la semana. Pero ha sido espectacular. He encontrado el amor, Eva, y ahora vivo con ella en Valencia. Cuando salí del programa Jordi me dijo unas palabras maravillosas que no se las dice a todos. 

Se ha visto el desarrollo de una marca personal en las redes sociales (en Instagram sobre todo) y su cuenta ya tiene 17.000 seguidores. ¿Puede llegar a ser ‘influencer’?

–Instagram no es lo mío (se ríe). Poco a poco vas creando tu marca y sacas contenido, pero creo que potenciar la marca en Instagram es muy duro, ya que tienes que estar todos los días con el móvil creando y subiendo contenido. Yo creo que soy más de estar dentro de la cocina y de vez en cuando subir algo a las redes. Se puede intentar, pero tengo que mejorar mucho. No nos dan ninguna clase de cómo usar las redes. En la cocina nos daban clases dos horas a la semana, por ejemplo. 

El castellano ha sido uno de sus retos estos meses. ¿Ha evolucionado?

–Creo que ha evolucionado mucho a mejor. Ahí dentro me he sacado un doctorado. Cuando entré hablaba así:Yo ser Jokin (ríe), pero ahora creo que hablo bastante bien. Ha sido un punto de inflexión para eso también. Me ha valido para soltarme. 

Ahora está trabajando en el restaurante de MasterChef durante una semana. ¿Nota que la gente ya le conoce?

–Sí. Vienen muchos niños que te quieren conocer. Muchos se quedan sin palabras, entran a la cocina y dicen: Hala, si es Jokin. Son muchas horas, pero me divierto mucho. 

¿Quién era y quién es Jokin?  

–Jokin es un chico normal, campechano, de pueblo y que se emociona muy rápido como se ha podido ver. No tiene nada en especial porque aquí dentro había cada uno... demasiado ego. Yo creo que por eso he llegado a tanta gente. Ahora sigo siendo el mismo, no he cambiado. 

Y, ¿quién quiere ser Jokin?

–Quiero ser el de antes, pero si se puede quiero dedicarme a la cocina. Ahora tengo que formarme. Voy a ir a trabajar con Jordi a su casa. Quiero seguir siendo humilde y normal y aprender mucho en la cocina, si se puede. Me gustaría abrir un restaurante y vivir de esto.

¿Cuándo le gustaría abrirlo?

–Yo te diría que al acabar este año si se puede hacer algo, me encantaría. Pero hay que trabajar mucho: encontrar patrocinadores, un espacio idóneo... En julio iré a trabajar con Jordi, en agosto estaré con Eva y en septiembre veremos si se puede hacer algo. Lo intentaré. El boom está siendo ahora, dentro de dos años Jokin MasterChef se convertirá otra vez en Jokin. Si no arriesgas no ganas. 

Cuando grabó el vídeo para entrar, ¿se imaginabas estar donde está ahora?

–Yo no creía que llegaría tan lejos. He llegado al programa diez de trece y la gente me ha querido mucho. No creía que tendría tanto impacto. Además la despedida fue muy emotiva. Con las palabras de Dabiz Muñoz, lo que me dijo Pepe... El último duelo fue muy duro, luché hasta el final y salí con la cabeza alta. Ahora voy al restaurante de Jordi de tres estrellas Michelin. Va a ser muy duro, pero va a ser muy bonito y voy a aprender mucho.