Hace unos días este mismo medio se hacía eco de que la Asociación de Hoteles de Pamplona cerraba el puente de diciembre con una ocupación media próxima al 80,28% entre los hoteles asociados.
Pamplona, ciudad con "alma conquistadora"
Un resultado que el sector valoraba con moderación y que reflejaba un comportamiento estable. Y es que ese dato confirmaba que el puente de diciembre mantiene su relevancia turística para la ciudad.
Y es que la capital navarra tiene, tal y como así lo indican desde la Web Oficial de Turismo de Navarra, "alma conquistadora y es difícil no sucumbir a sus encantos". "Visitas culturales; que el saber no ocupa lugar y hay que hacerle un hueco. Un casco histórico que da gloria verlo de lo bien cuidado que está. Zonas verdes y jardines que dan para un cuadro impresionista. Bares de pinchos con auténticas virguerías culinarias. Ambiente cultural, bullicio jacobeo, tiendas de las de toda la vida… Y más: un conjunto amurallado con una ciudadela renacentista que es la envidia de las ciudadelas; unas fiestas patronales conocidas en todo el mundo; y una calidad de vida que se palpa en cuanto llegas a la ciudad", relatan desde dicho portal.
Uno de los mejores hoteles del mundo está a una hora de Pamplona, según Condé Nast Traveler
A una hora de Pamplona también está, nada más y nada menos que, uno de los mejores hoteles del mundo. Y no es que lo digamos nosotros, así lo ha anunciado la 32ª edición de la Gold List "la revista de viajes y estilo de vida más prestigiosa del mundo", Condé Nast Travelera. Una selección en la que "cada una de las propiedades de esta lista ha sido seleccionada por un miembro de nuestro equipo internacional tras una estancia en la misma. Todas ellas son memorables de cientos de formas diferentes".
El hotel en cuestión no es otro que Akelarre. "Elevado sobre las laderas del monte Igueldo, Akelarre no es solo un hotel o un restaurante: es una forma de estar en el mundo. Desde aquí, San Sebastián brilla al este, el mar se despliega sin fin y cada instante, del silencio del amanecer al último bocado, se vive con intención y alma. Mucho antes de que el hotel abriese en 2017, la cocina de Pedro Subijana ya se había convertido en un referente de la alta cocina mundial. Hoy, ese legado respira en un enclave sereno de 22 habitaciones, con interiores cálidos y minimalistas que capturan la esencia del norte", señalan desde la publicación.
Pero el relato de Condé Nast Traveler no se queda ahí. "El hotel alberga dos propuestas gastronómicas: el legendario Akelarre y Espacio Oteiza, su opción más casual. Su área de bienestar, de 800 m2, con tratamientos de Sisley Paris y Valmont, invita a bajar el ritmo y dejar que el paisaje haga el resto. Las tardes se estiran en las terrazas, copa de txakoli en mano, mientras el horizonte arde en tonos naranjas. Hoy, bajo la dirección de Oihana Subijana, hija de Pedro, Akelarre es una visión serena y precisa de la hospitalidad moldeada por la sal, el silencio y la precisión (desde 400€)", añaden.