Carlos Mata, el actor venezolano al que el éxito le "robó la vida"
El protagonista de telenovelas como 'Cristal' o 'La dama de rosa' reside actualmente en Madrid
Casi cuatro décadas después del estreno de la telenovela Cristal, su protagonista masculino, el actor venezolano Carlos Mata, asegura que aquel éxito internacional le robó parte de su vida y le arrastró a un mundo en el que siempre se sintió “de prestado”, hasta que decidió frenar para no volverse “loco” y disfrutar de sus hijos.
“Lo que rodea el negocio es lo que me aburre, las alfombras rojas las entregas de premios; a mi me han dado discos de platino y se me han quedado en el sitio donde me los dieron, no es que no lo valore, pero lo que me gusta es estar sobre el escenario en un teatro, en un concierto o haciendo una película”, afirma Mata, que actualmente reside en Madrid.
Tras vivir muchos años en Miami, sintió la necesidad de mostrarse ante la gente como es, “porque en el fondo uno quiere ser querido por lo que es, con sus virtudes y sus sombras, con sus demonios y sus ángeles”. Durante la década de los 80 y parte de los 90 llegó a estar ocho años y medio sin tomarse una semana libre, envuelto en una vorágine de grabaciones ya que después de Cristal llegaría, entre otras, la también archiconocida La dama de rosa. Además de, en su faceta de cantante, ofrecer conciertos en Latinoamérica, Estados Unidos y Europa.
No podía salir a la calle en cualquier ciudad sin ser conocido. “Y las primeras veces que eso te pasa, no voy a mentir, es un masaje para el ego, pero cuando empieza a suceder en cualquier parte y no puedes ir al cine, a comer ... lo que sentía era una pérdida. Si no puedes disfrutar de la gente, te caes del cielo”, explica.
“No era que sentía rechazo por la gente, sentía rechazo porque no había posibilidad de contacto real, de mirar a los ojos a una persona y conversar y reírte con ella”, matiza el venezolano acordándose de situaciones tan extremas como tener que dejar de volar, “por el rollo que se montaba en el avión y en el aeropuerto”, o ver cómo en Broadway se paraban y bajaban los turistas de los autobuses al reconocerlo.
ÉXITO INESPERADO
Y es que el éxito le llegó inesperadamente a Carlos Mata, porque eso de galán nunca se lo creyó, a no ser por la escritora de radionovelas cubana Delia Fiallo, quien lo empujó a aceptar el papel protagonista de Luis Alfredo Ascanio en Cristal. “Carlos, me gusta tu estilo”, le dijo. “Y yo le decía que conmigo de protagonista la novela iba a ser un fracaso, pero ella insistía: ‘Créeme que te llevo años en esto y me vas a terminar agradeciendo’”.
Y así fue, pero él nunca pensó que sucediera. “La verdad es que nunca he valorado mucho las cosas que yo he hecho, lo que siempre he dicho es que yo tuve la suerte de que prácticamente me metieran ahí de protagonista por la oreja, porque si por por mí fuera no lo hubiera hecho”.
Mata reconoce todo lo que le debe a las telenovelas, “porque además siempre me he divertido muchísimo haciéndolas”.
El actor explica el éxito de estas producciones, tanto pasadas como actuales, en su columna vertebral: el amor. “Ese es el esquema independientemente de que le metas narcos o bombas. El mismo que inspiró tantas veces a Shakespeare, porque eso es parte vital en el ser humano, el amor y todo lo que le rodea para que sea obstaculizado”, señala.