Se aclara un poco el panorama del Tour tras la crono. Ha ganado el favorito número uno en la especialidad, Remco Evenepoel. Era lo esperado porque se trata del mejor en la modalidad, más si cabe en un recorrido de este tipo. Eso sí, ha metido menos tiempo del que todos esperábamos. Apenas ha aventajado en 12 segundos a Pogacar y el esloveno ha conseguido 25 segundos de ventaja con Vingegaard, uno por kilómetro. En realidad no es mucho.

Vingegaard ha llegado más justo al Tour tras la dura caída de la Itzulia, pero está en tiempos de luchar por la carrera. No conviene descartarle. En ese sentido, ha salvado la crono. La victoria de Evenepoel abre el abanico de cara al futuro. Si en esta edición del Tour consigue luchar tres semanas por el podio, probablemente la organización de la carrera diseñe cronos más largas en el futuro para meter otro competidor más entre los mejores. Es algo que veo factible con un ciclista así, que brilla en las cronos. En este Tour queda muy claro que Pogacar es el favorito número 1 para la victoria y que Vingegaard le tiene que atacar. Sigo pensando que el danés todavía puede ganar. A partir de esa lucha, creo que se ha clarificado un poco el podio, con la duda de saber si Evenepoel será capaz de aguantar en la última semana en una carrera que no es el Giro ni la Vuelta. Roglic también está ahí.

Por detrás, los segundos hombres de los dos mejores equipos, el UAE y el Visma, se mueven en los mismos tiempos. En ese sentido, Jorgenson puede bloquear tranquilamente a Ayuso, Yates o Almeida. No creo que Ayuso, por su forma de correr, arriesgue mucho. En ese sentido, veo a Yates arriesgando más. Él sí puede ser un corredor clave. El Ineos solo se queda con la baza de Carlos Rodríguez. Bernal está descartado. Lo mismo le sucede al Movistar con el caso de Enric Mas. Tiene que correr a ganar etapas. No está para ser top-3 en el Tour, que es lo que se vendió con él, así que tiene que centrarse en otros objetivos.

*El autor es director deportivo del Grupo Eulen-Nuuk