Disfruten del café tranquilos, hoy no les voy a volver a hablar del bucle malrollero en el que están inmersos PSOE y PP, que ya cansa y da grima, sino de un Juan Carlos Girauta que ha vuelto a la palestra por su fichaje por Vox, uno de los trending topic de la semana. 

Girauta

¿Su vida no le satisface completamente? ¿Desea un cambio, pero no termina de dar el paso para conseguirlo? No lo dude más, anímese. Haga un Girauta.

Si alguien como el citado ha podido pasar por el PSC, PP, Ciudadanos y recalar ahora en Vox como candidato independiente a las elecciones europeas, defendiendo en cada momento el ideario de esas formaciones como si fuera la verdad absoluta, ¿por qué no podemos cualquiera de nosotros probar a cortarnos el pelo de forma diferente o llevar ropa que no hayamos usado hasta ahora? De verbo y prosa beligerante, si en partidos, digamos, “moderados”, y enfatizo el entrecomillado, como el PSC, PP y C’s ya ha levantado alguna que otra polvareda, a saber las que puede liar Girauta durante su estancia en un partido como Vox.

Puigdemont

Ahora que se acerca la Semana Santa, los hay que subrayan sus rasgos más mesiánicos, como Carles Puigdemont, que perfectamente acicalado se postulaba esta semana para la Presidencia de la Generalitat. “No soy conformista, no me gusta resignarme, no busco qué es lo más cómodo y lo menos arriesgado a nivel personal”, decía este pasado jueves. La última vez que se presentó a las elecciones catalanas el tema le salió más bien regulín a su formación. Como regulín no, directamente fatal, están las cosas entre Junts y ERC. Por eso, su llamamiento a compartir una lista electoral unitaria con los republicanos sonó a boutade en toda regla despachada rápidamente con un “no, gracias” por Esquerra.

Pablo

El día a día nos sumerge, a veces, en una modorra que nos hace olvidar cosas que, por su gravedad, no deberían quedar despachadas en un rincón apartado de nuestro cerebro. Como, por ejemplo, el drama por el que está pasando Pablo González, su familia y amigos, que ha vuelto a ser tendencia por un vídeo en el que numerosas voces públicas denuncian su situación. Es ciertamente inexplicable que este periodista lleve más de dos años detenido en Polonia, país, no lo olvidemos, miembro de la UE y que no se presenta como una dictadura al uso. Se enfrenta, totalmente indefenso, a una pena de 10 años de prisión, mientras el gobierno español hace más bien poco, por no decir nada, por ayudarle.

Rubiales

La República Dominicana está últimamente de moda como destino turístico de algunas personas a las que se les ha puesto el foco. Una de ellas, el expresidente de la RFEF, Luis Rubiales, el que gustó de palparse las gónadas en el palco durante la final del Mundial femenino ganada por España, donde también se cascó el lamentable “piquito” que le costó, aunque dilatado en el tiempo, su puesto.

Pues bien, esta semana se activaba una operación de la UCO por presuntos hechos delictivos asociados a la corrupción en los negocios, la administración desleal y el blanqueo de capitales entre 2018 y 2023, cuando Rubiales estaba al frente del organismo balompédico.

La cosa pinta para el susodicho muy malamente, que diría Rosalía. Y ojo, que Piqué parece no ser ajeno al marronaco