Aquellos temas polémicos que dejamos pendientes a finales de junio, continúan entre nosotros sin visos de fácil arreglo o bien se les ha buscado una solución a las bravas. Empecemos por el banderón de la Plaza de Los Fueros. Reitero lo dicho por otros sobre el despilfarro y la exageración que implica, pero además no se entiende que por un agujero, un palo y un trapo XXXXL acabemos pagando un 78% más de lo presupuestado. Segundo lío que viene de antiguo: la pasarela de Labrit. Imposible imaginar el coste final del citado puente desde que se ideó hasta que consigamos pasearlo sin peligro. Por ahora, el arreglo duplica lo que se abonó por la obra, la actual reforma va para rato y, encima, los chavales del Casco Viejo llevan todo el verano sin poder jugar en una de las poquísimas esquinas de las que disponen porque esa zona lúdica ha sido ocupada por maquinaria. Otro tema de disgusto es el diseño del añorado carril bici que une la Txantrea y el centro y que a la altura de Labrit roba la mitad de la acera a unos peatones obligados a transitar por una estrecha vía y a compartirla con tres paradas de bus, algunos bancos y unos preciosos y gigantescos árboles cuyas raíces tienen el suelo levantado. En la zona ya hay apuestas sobre el número de traspiés y caídas por día. Todo, una risa.