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Planes de primavera

Esta es la ciudad que te conquistará por sus horas de luz y sus múltiples planes

Viaja a este enclave al que no le falta de nada, donde encontrarás desde castillos y museos hasta mercados y hermosos pueblos de los que no querrás irte. Mucho más que sol y playas a tan solo una hora y cuarto del aeropuerto de Foronda

Alicante, la ciudad de la luz que te espera esta primavera

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Hace tiempo que las vacaciones anuales han dejado de concentrarse en agosto. Quizás como el resultado de la filosofía de aprovechar el día a día —el famoso carpe diem—, o simplemente, porque es más fácil que nunca escaparse un fin de semana, un puente largo o unos días cualquiera de primavera. Lo cierto es que estos viajes exprés son un enchufe en el que cargar baterías, ampliar nuestra mirada y descubrir tesoros que están a nuestro alcance de una manera muy cómoda.

El aeropuerto de Vitoria es un buen lugar de partida, con vuelos regulares a destinos increíbles que nos acercan no solo a Europa sino también a ciudades llenas de encanto y planes para disfrutar. Nada mejor para aprovechar el cambio de estación que visitar una ciudad de la Costa Blanca llena de luz —más de 3.000 horas de sol al año— y belleza. Y que fluya la serotonina por todo el cuerpo.

Ciudad mediterránea, un destino turístico de primera

Miles de personas viajan a la capital de la Costa Blanca deseosas de sentir en primera persona el aroma del Mediterráneo y su clima suave en esta época del año. A tan solo hora y cuarto del aeropuerto de Foronda, y con tres vuelos semanales de marzo a octubre, es muy fácil desplazarse a este destino turístico por antonomasia. Y es que Alicante rezuma bienestar por todos los costados; playas de arenas finas merecedoras de las Banderas Azules, patrimonio histórico, restaurantes, paseos infinitos… 

Playa del Postiguet.

La oferta hotelera y de alojamiento es amplia y variada, adaptándose a todos los bolsillos y gustos. También es un lugar idóneo donde ir de compras y disfrutar del ocio (lo saben bien los universitarios). La capital alicantina invita a moverse y a practicar deportes al aire libre en cualquier época del año: bicicleta, náutica, golf… 

Alicante rezuma bienestar por todos los costados; playas de arenas finas merecedoras de las Banderas Azules, patrimonio histórico, restaurantes, paseos infinitos…

Por su parte, los amantes del arte encuentran en este lugar con luz propia una gran oferta cultural. El Museo Arqueológico de Alicante (MARQ) fue declarado mejor museo europeo de 2004 y alberga más de 81.000 piezas que muestran la riqueza de la historia de la Costa Blanca, y el legado que han dejado las civilizaciones tras su paso por el Mediterráneo. El arte contemporáneo encuentra su lugar en museos como el MACA o el Centro Cultural Las Cigarreras, una antigua fábrica de tabacos situada en el barrio de San Antón, reconvertida hoy en un espacio dedicado a la cultura y a las artes.

Los sitios que todo visitante debería conocer

Además de crear un paisaje urbano singular y especial, pasear entre los monumentos y edificios históricos que se erigen en Alicante nos recuerda un pasado apasionante marcado por la cercanía del Mediterráneo. 

El Castillo de Santa Bárbara, todo un emblema de Alicante.

El Castillo de Santa Bárbara, por ejemplo, se sitúa a 166 metros de altitud del monte Benacantil. Su visita —que puede ser guiada, teatralizada o, incluso, integrar experiencias como una cata de vinos— permite disfrutar desde las entrañas una de las grandes fortalezas medievales de España, con vistas espectaculares a la ciudad de Alicante. También se puede visitar el Castillo de San Fernando, construido en 1813, durante la guerra de la Independencia contra los franceses. Se hizo con el propósito de ser una prisión y para reforzar las posibilidades de defensa del castillo de Santa Bárbara. 

Los edificios religiosos de Alicante, como la Basílica de Santa María, o la Concatedral de San Nicolás son, asimismo, verdaderas joyas de la arquitectura religiosa, que merecen una visita.

La Isla de Tabarca, ubicada a 22 kilómetros de Alicante, también es un lugar especial y un icono de las playas alicantinas. Es la única isla habitada de la Comunidad Valenciana y alberga una rica diversidad de flora y fauna, que forma parte de la primera reserva marina establecida en España.

Movimiento, color, sabor

Mar, sol, montaña se unen en Alicante en un paisaje que emana una luz cálida. Una fórmula que se palpa en la gastronomía local donde el arroz se convierte en el principal protagonista pero no en el único. Mojamas, huevas, ventresca de atún, tonyina de sorra, arenques, verduras… aperitivos para ir abriendo boca. Otro ingrediente estrella es el pescado fresco; visitar el Mercado Central de Alicante es sumergirse en un mundo de pescaderías, frutas y verduras, un ambiente cargado de aromas y sabores. El plato final es degustar los tradicionales helados, turrón de Jijona, rollitos de anís, coca boba, dátiles y frutos secos, que encontrarás especialmente en la zona de la Explanada. 

Mojamas, huevas, ventresca de atún, tonyina de sorra, arenques, verduras…¡aperitivos para ir abriendo boca!

Y a pocos kilómetros...

Elche, la ciudad del Palmeral

A tan solo 23 kilómetros de Alicante, se ubica Elche, un antiguo oasis que hoy sigue conservando esa esencia. El Palmeral de la ciudad ilicitana es considerado como el palmeral más grande de Europa con más de 200.000 ejemplares, cifra tan solo superada por algunos oasis de Oriente Medio.

Palmera imperial del Jardín Huerto del Cura de Elche.

En el año 2000 fue designado Patrimonio de la Humanidad y es pura fantasía. Un lugar donde naranjos e higueras arropan la joya de la corona; una palmera imperial de más de 300 años. En la visita a Elche no hay que pasar por alto el parque arqueológico de L’Alcúdia donde reposa la escultura de la Dama de Elche, pieza universal del arte íbero. Sus extensas playas, más de tres kilómetros, en los Arenales del Sol, son un bonito escenario para despedir el día con una puesta de sol sobrecogedora.

Cuevas de Canelobre 

Espectaculares cuevas del Canelobre.

A 40 minutos de Alicante se hallan las cuevas de Canelobre, un conjunto de excavaciones en la sierra Cabeçó d’Or, entre cuyas proezas se incluye la bóveda natural más alta de España y diferentes formas talladas en la roca que forman el conjunto conocido como “Sagrada Familia”. 

Las bodegas del Vinalopó 

Otro plan sin igual es disfrutar de la ruta del vino por las tierras alicantinas.

La Ruta del Vino de Alicante ofrece una rica variedad de bodegas y experiencias para disfrutar de esta tradición centenaria. Aquí podrás degustar desde vinos añejos y de alta calidad, como el Fondillón, hasta diferentes expresiones de la uva Monastrell, así como sus mezclas con variedades como Merlot y Cabernet Sauvignon.

Tour de alfarería por Agost 

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Alfarería tradicional.

A 19 km de Alicante, Agost es conocido por su alfarería gracias a la arcilla calcárea de sus canteras. Botijos de diversas formas y colores, piezas de arte surrealista… Una fascinante ruta de talleres por descubrir. En definitiva, sentir, ver, y recordar todo lo que ofrece la capital de la Costa Blanca es más sencillo volando desde el aeropuerto de Vitoria.