Navarra da un paso adelante en la regulación del mercado inmobiliario. El Gobierno foral ha declarado 21 municipios de la comunidad como zonas de mercado residencial tensionado, una figura contemplada en la nueva Ley de Vivienda que busca frenar el encarecimiento de los alquileres y facilitar el acceso a la vivienda. Entre los municipios afectados destaca Pamplona, que junto a localidades de su comarca como Egüés, Burlada, Barañáin o Zizur Mayor, cumple con los criterios más estrictos tanto en compra como en alquiler.
Esta declaración, que entrará en vigor previsiblemente en julio, permitirá aplicar una batería de medidas para intervenir el mercado. Entre ellas, destacan la limitación del precio del alquiler en nuevos contratos, la posibilidad de prorrogar contratos actuales hasta tres años sin subidas, incentivos fiscales de hasta el 90% para alquileres de larga duración y la fijación de precios máximos mediante índices de referencia.
Pamplona, epicentro de la presión inmobiliaria
Pamplona es uno de los nueve municipios navarros que cumplen los dos criterios exigidos para la declaración de zona tensionada: el crecimiento de precios superior al IPC en más de tres puntos en los últimos cinco años y que las familias destinan más del 30% de su renta al pago de vivienda. Esto pone de relieve la creciente tensión del mercado inmobiliario en la capital navarra y su entorno metropolitano, donde la oferta de alquiler no ha logrado seguir el ritmo de la demanda.
La vicepresidenta tercera y consejera de Vivienda del Gobierno de Navarra, Begoña Alfaro, anunció durante la feria Rebuild 2025 que se diseñará un plan específico para cada municipio, incluyendo a Pamplona, con el fin de adaptarse a la realidad local. “El objetivo es claro: garantizar el derecho a una vivienda digna sin que ello suponga un sacrificio económico desmedido para las familias”, subrayó.
Comarca de Pamplona, en bloque
Además de Pamplona, otros ocho municipios de la comarca han sido catalogados como tensionados tanto en el mercado de compra como en el de alquiler: Egüés, Burlada, Barañáin, Zizur Mayor, Aranguren, Berriozar, Ansoáin y Villava. A ellos se suman localidades como Noáin, Huarte o Berrioplano, que presentan tensión específica en el mercado del alquiler.
Esta concentración geográfica de zonas tensionadas en el área metropolitana de Pamplona evidencia una presión creciente en torno a la capital, con importantes implicaciones sociales, económicas y urbanísticas.
Repercusiones para propietarios e inquilinos
Con esta declaración, los propietarios de viviendas en zonas tensionadas deberán ajustarse a nuevas condiciones. En los nuevos contratos, el precio del alquiler no podrá superar el del contrato anterior, salvo que se justifique una mejora en la vivienda o se firme un arrendamiento de larga duración (mínimo 10 años). En ese caso, la subida podría alcanzar un 10%.
Además, se reconocerá la figura del gran tenedor (quien posea cinco o más inmuebles), lo que puede conllevar una regulación más estricta sobre sus propiedades. A cambio, los propietarios que se sumen al alquiler estable y asequible podrán beneficiarse de bonificaciones fiscales en el IRPF, que irán del 50% al 90%.
Por su parte, los inquilinos podrán optar a una prórroga extraordinaria de su contrato de hasta tres años en las mismas condiciones, y se verán protegidos frente a subidas abusivas.
Un modelo que puede extenderse
Los municipios restantes que completan la lista de 21 zonas tensionadas en Navarra son Tudela, Corella, Cintruénigo, Estella, Tafalla, Baztán, Alsasua, San Adrián y Peralta. Todos ellos cumplen al menos uno de los criterios analizados por el Ejecutivo foral y reflejan una preocupación creciente por la evolución del mercado residencial en diferentes puntos del territorio navarro.
La declaración de estas zonas marca un punto de inflexión en la política de vivienda de Navarra. Con la vista puesta en julio, el Ejecutivo regional apuesta por medidas que buscan equilibrar el derecho a la vivienda con la estabilidad del mercado, especialmente en lugares como Pamplona donde la tensión inmobiliaria se ha vuelto insostenible para muchas familias.

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