¿Quién no ha percibido alguna vez en casa la incómoda presencia de un pececillo de plata? Son esos pequeños insectos ágiles y escurridizos conocidos científicamente como Lepisma saccharina. Son alargados, tienen unas escamas grises plateadas, antenas y una forma de moverse que recuerdan a las de los peces, de donde les viene el nombre por el que son comúnmente conocidos.

También llamados tijeretas, miden entre 10 y 15 mm de longitud y su actividad es sobre todo nocturna. Les encanta la humedad, por lo que es fácil encontrarlos en baños o aseos.

Necesitan una temperatura mínima de 20 grados y poco alimento para vivir, corren que se las pelan, son buenos escaladores y tienen la capacidad de desplazarse a mucha distancia para buscar alimento, sobre todo hidratos de carbono y proteínas, y una vez que lo encuentran se quedan cerca de él.

Aunque son molestos e inofensivos, a veces pueden causar daños en alimentos y provocar la aparición de ácaros y otros insectos. También podemos encontrarlos en rodapiés y marcos de puertas.

El almidón, el azúcar, la celulosa, el yeso y la silicona forman parte de su menú favorito, así que no es difícil encontrarlos en paredes, libros, fotografías, pintura, ropa, pegamento, restos de alimentos o tejidos o de insectos muertos.

Son díficiles de exterminar porque son huidizos, escapan de cualquier presencia humana, se refugian en pequeñas grietas y es complicado encontrar sus nidos, pero con paciencia puedes acabar con ellos o reducir su presencia en el hogar. Pero, ponte a ello, porque pueden vivir ¡hasta ocho años!

Entre las soluciones que puedes encontrar en el mercado están rociarlos con alcohol etílico, espolvorear ácido bórico en grietas o esquinas (cuidado si tienes mascotas) o utilizar insecticida para insectos rastreros. Con el paso de los días notarás sus efectos.

Mantener la casa limpia, ordenada y libre de humedades te ayudará a combatir a estos molestos compañeros de piso. Abrir la puerta y las ventanas del baño después de ducharte, no guardar ropa húmeda en los armarios y sellar las grietas entre las baldosas con cemento, no con silicona, ya que esta se la comen y les sirve de alimento, son algunos consejos a tener en cuenta para mantener a raya a estos insectos.

Trucos caseros para combatir los lepismas

Hay algunas sustancias naturales que no son muy del agrado de los pececillos de plata y que te permitirán mantenerlos a distancia.

Lavanda. La lavanda es un repelente natural para muchos insectos. Aplica unas gotas de aceite esencial de lavanda en los lugares donde aparezca. También puedes ahuyentarlos con aceites cítricos, de naranja o limón por ejemplo. Disuelve unas gotas en agua y pulveriza la mezcla sobre las superficies que desees.

Canela. La canela es uno de los mejores repelentes para los pececillos de plata. Puedes encontrarla en polvo, para colocarla por la casa en saquitos, o directamente en rama, para ponerla en armarios o en otros rincones.

Virutas de cedro. Los pececillos de plata odian el aroma del cedro. Si las repartes en saquitos por la casa lograrás a la vez acabar con estos pequeños insectos y perfumar tu casa con un agradable y fresco aroma.

Bote trampa. Cogemos un recipiente de cristal, envolvemos el exterior con cinta adhesiva de papel y colocamos un trozo de pan en el fondo. El pececillo de plata subirá pero no podrá volver a salir al ser el vidrio resbaladizo. Es mejor colocar las trampas por la noche cuando son más activos.