Como cualquier otra guerra, la invasión de Ucrania por el ejército de Putin ha provocado la huida de cientos de miles de personas tratan de huir desesperadamente de las bombas y la destrucción de sus hogares. Familias enteras se dirigen hacia la frontera más cercana para escapar de los horrores de la guerra y muchas de ellas se llevan a sus mascotas, perros y gatos principalmente.

Toda Europa se ha volcado en apoyo de estas personas, tratando de ayudarles a salir del país y encontrarles un refugio seguro o enviando todo tipo de ayuda material, ropa, medicinas, alimentos, mantas artículos de higiene e infantiles€ Pero, ¿y las mascotas? Ellas también han perdido casi todo.

Además hay una problema añadido: en la mayoría de los refugios no admiten a los animales y sus dueños temen no poder llevárselas consigo hacia un lugar seguro. Igualmente, cruzar la frontera, en circunstancias normales, está sometido a estrictas medidas sanitarias y legales que en estos días de caos pueden no poder superar.

Pero las circunstancias mandan y la Unión Europea, además de activar el protocolo para facilitar la llegada de los refugiados de este país, ha decidido no imponer las condiciones aduaneras habituales para mascotas. Ha enmarcado la llegada de los ucranianos en la libre circulación de ciudadanos europeos, por lo que pueden viajar si restricciones sobre sus pertenencias y entre estas últimas se incluyen las mascotas.

Control de entrada más ágil

Aun y todo, por cuestiones de salud veterinaria, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación seguirá aplicando requisitos mínimos para los animales que lleguen al país con los refugiados, pero ha adaptado los controles sanitarios para agilizar y facilitar la entrada de los animales y siguiendo los criterio de la UE.

Así, si se trata de animales de compañía y no hay propósito comercial, se sugiere prescindir de la solicitud individual de admisión que hasta ahora hacía falta.

En este protocolo se explica que la llegada de cualquier animal junto a sus dueños debe ser comunicada a los Servicios Veterinarios oficiales de cada comunidad autónoma y aplicarle los controles necesarios.

Estos controles básicos son, en primer lugar, la identificación del animal, en principio con el michochip, y si esto no es posible proceder a su reidentificación con un nuevo chip.

Además, es obligatorio el control de la vacunación antirrábica, con un análisis de sangre y una revacunación en ese momento, y de la presencia de Echinococcus multilocularis, parásito que causa quistes hidiáticos. Ambos males son endémicos en Ucrania, además de estar muy extendidos, y pueden trasmitirse a los humanos llegando a ser mortales.

Para la aplicación de este protocolo, el Gobierno español ha pedido la ayuda de veterinarios voluntarios para poder aplicarlo lo más ágilmente durante la llegada de los animales.

Donaciones de material y dinero

Pero no es la única formas de apoyo. También se ha hecho un llamamiento para que la ciudadanía done productos específicos para las mascotas que vayan llegando a España. En la lista de productos solicitados se puede encontrar latas de comida para gatos y perros, sacos de pienso para perros y gatos, leche en polvo para cachorros, pienso para otras pequeñas mascotas, alpiste para pájaros, antiinflamatorios y antibióticos de uso veterinarios, desparasitantes internos y externos, así como medicamentos en general.

Igualmente, algunas organizaciones, como la Fundación para el Asesoramiento y Acción en Defensa de los Animales, están promoviendo la recaudación de donativos para enviarlos a las fronteras de Hungría, Polonia y Rumanía y poder atender a los animales de las familias que todavía no han podido salir de Ucrania o no tienen con un destino seguro en cualquier otro país de Europa.