Habrá quien siga defendiendo que esto del cambio climático es una filfa alarmista y que sus efectos solo son casualidades, pero los vendedores de antihistamínicos y las personas alérgícas son plenamente conscientes de que no es así.

La falta de lluvias este invierno unida a las altas temperaturas (para lo que se supone que debían ser en esta época) han adelantado la estación polínica. Y sí, podría ser casual y circunstancial lo de este 2022 si no fuera porque los registro de cada año muestran que se va acentuando esta tendencia y los almendros florecen antes en febrero en lugar de hacerlo en marzo, justo antes de que comience la primavera.

Y estas plantas no son las únicas que actúan así, pero sí las de flor más espectacular y más llaman la atención.

Además se da un agravante. Este polen en suspensión se une a la mayor carga de contaminación invernal producto de las calefacciones. Lo normal hubiera sido que con la lluvia y la nieve las partículas contaminantes se hubieran dispersado del ambiente, pero este año, una vez más, no ha sido así, por lo que alérgicos y asmáticos ven que sus dolencias se agravan y duran más tiempo.

Según la neumóloga María Dolores Coma, directora del Máster en Gestión Ambiental y Energética de las Organizaciones de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), advierte de que estas concentraciones de polen generan principalmente rinitis, estornudos, picor nasal, lagrimeo y hasta conjuntivitis, molestias que si bien no son especialmente graves en general, sí causan incomodidad y pueden llegar a ser un tanto limitantes. Esto en las casos leves. Si el afectado es asmático, ojo, que se puede agravar su situación.

La situación se puede alargar porque aunque se prevén lluvias y alguna borrasca próximamente, no serán suficientes como para limpiar lo suficiente el ambiente. Según algunas previsiones meteorológicas, hasta mediados de marzo no llegarán las tan necesarias, en muchos aspectos, lluvias.

Consejos

Entre las principales medidas de prevención que se suele aconsejar en estos casos es evitar pasear o hacer deporte por zonas de arbolado, en especial aquellos que ya estén en flor. También es útil descargarse y darse de alta en algún servicio de alerta que avise de los niveles de polen de las diferentes especies vegetales. Una de las más populares y seguidas es la web polenes.com, de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica. En ella se puede consultar el nivel de cada tipo de polen por provincia. Los niveles se marcan con un código semafórico de verde (bajo), naranja (medio) y rojo (alto).

Como medidas domésticas, la principal recomendación es mantener las ventanas de la vivienda cerradas. Cuanto más aislantes sean mejor. Pero hay que ventilar la casa, por lo que conviene hacerlo a pequeños ratos, varias veces al día y nunca a primera o última hora del día.

Pero es fácil que el pone acabe entrando en el hogar, o que las personas que vivan en él sean muy sensibles, por lo que es conveniente convertir a la lavadora y a la aspiradora en nuestros mejores aliados. Las cortinas, la ropa de cama, las fundas de sofás y sillones deben aspirarse y lavarse a menudo. Por ello lo más conveniente es que sean de tejidos ligeros, fácilmente lavables y que aguanten temperaturas altas. Y es que los ácaros también tienen algo que decir en el terreno de las alergias y 60º es la mejor temperatura para acabar con ellos.

En cuanto a la aspiradora, mejor una que use filtros de agua o filtros tipo HEPA. Además, no limitarse a pasarla solo por el suelo, tienen cabezales especiales para los sofás, colchones y otras telas.

Utilicémoslos.