Ni es médico ni enfermera, como mucho ejerció de sanitaria de pega en su época de Los vigilantes, pero siempre le ha gustado mucho mostrar su opinión. Por ello, más bocachanclas que nunca, Pamela Anderson ha vuelto a alzarse estas semanas como trending topic universal al compartir con el mundo la siguiente reflexión. Aviso a los carnívoros: "Comer demasiada carne puede traerles severos problemas sexuales". Una oración mitad doctora Ochoa, mitad doctor Gutiérrez, que la famosa actriz ha querido complementar afirmando, además, que "el colesterol hace llegar menos sangre a absolutamente todos los órganos del cuerpo humano". Motivo por el que la vigilante de la playa más famosa de la historia ha convertido a su quinto marido, Dan Hayhurst, al veganismo. ¡Ni un trocito de fuet, lomo o chorizo de Pamplona le deja probar!

¡Buena es ella! Desde que su dieta se basa en la quinoa, el tofu y las hamburguesas de seitán y zanahoria (no entiendo tal burguer-denominación) "el hombre se muestra como un tigre en la cama", afirma Pamela sin pelos en la lengua a los medios. "La dieta funcionó de maravilla y Dan se siente un hombre nuevo", ha detallado la exvigilanta del que es su marido desde la Nochebuena del pasado 2020. Tanto que ambos afirman que podrían estar confinados para siempre: "Estoy exactamente donde quiero estar: en los brazos del hombre que me ama", ha señalado.

Un gesto amoroso, pero un tanto monótono y aburrido para quien ha hecho de su vida un canto por la defensa de los animales. Porque Pamela Anderson, a pesar de su imagen frívola, tiene conciencia social. Recuerden que en 2016 la actriz llamó incluso a los rusos a no acudir a los zoológicos, por lo que fue invitada al Kremlin para reunirse con Serguéi Ivanov, el entonces representante presidencial para asuntos ecológicos y de defensa de la naturaleza. Y como miembro del consejo consultivo del Fondo Internacional para el Bienestar de los Animales (IFAW), recibió como regalo un calendario con un leopardo del Lejano Oriente ruso, especie en peligro de extinción.