EL renovado Vitara imita a los aviones y toma tierra posándose en el asfalto. En su enésima entrega, el curtido todoterreno japonés se contagia un poco más del influjo SUV, aunque todavía es el verso suelto en un mercado atestado de coquetas imitaciones de todoterreno. Suzuki insiste en mantenerlo entre las excepciones capaces de abandonar el pavimento con garantías. Oferta el Vitara únicamente con motorizaciones a gasolina, de 111 y 140 CV, dando a elegir tracción delantera e integral y tres acabados. Aplica una tarifa competitiva, que arranca en 15.350 euros si acumulan todas las promociones.

La revisión del proyecto Vitara devuelve a la primera línea del escaparate Suzuki a este clásico, eficiente y asequible todoterreno metido a crossover. La marca japonesa, encomiada por su maestría a la hora de producir vehículos 4x4, se ha acercado a la moda SUV en sentido contrario a casi todos sus rivales. Mientras la mayoría de ellos se apuntaba a la impostura disfrazando sus turismos de boyscout, la firma oriental ha optado por ir sofisticando el porte y dulcificando el carácter del Vitara, un todoterreno con todas las de la ley. La entrega recién estrenada aplica otra vuelta de rosca a esa estrategia, ganando así empaque y dotaciones de seguridad.

Lo que la marca considera una profunda remodelación consiste en una puesta al día de la generación lanzada en 2015. La remodelación atañe a la fachada y al diseño interior del SUV compacto (4,18 metros de eslora). La edición actual estrena parrilla cromada, paragolpes delanteros con embellecedores también cromados, llantas de aleación de 17 pulgadas y ópticas con tecnología LED. El Vitara oferta un amplio abanico de tonalidades de pintura exterior, entre las que aparecen varias combinaciones bicolor. Propicia, asimismo, un alto grado de personalización al proponer dos paquetes de equipamiento, un par de series especiales y el habitual catálogo de accesorios.

La cabina muestra materiales de aspecto similar al conocido pero de mayor calidad, con tacto más suave y agradable, además de nuevos tapizados. Completa la instrumentación con una pantalla LCD a color de 4,2 pulgadas en el cuadro de mandos; en la consola central aparece una segunda pantalla táctil de 7 pulgadas, que en el acabado superior permite gestionar el sistema de navegación.

El catálogo del nuevo Vitara es un poco más exiguo tras la decisión del fabricante de prescindir de motorizaciones diésel. Comercializa, por tanto, dos únicas variantes de gasolina de cuatro cilindros, ambas turboalimentadas. La primera es la moderna 1.0 Boosterjet de 111 CV, que puede asociarse a cajas de cambio automática y manual de seis marchas; está disponible con tracción delantera e integral 4WD, en las dos terminaciones más discretas. Promete 180 km/h de punta, una capacidad de aceleración hasta 100 km/h en 12 segundos, un consumo medio de 5,7 litros y 129 g/km de CO2.

La segunda mecánica, ya empleada, es la 1.4 Boosterjet con 140 CV; se vincula a los dos tipos de tracción, a las dos transmisiones y a los dos acabados superiores. Sus credenciales presentan una velocidad máxima de 200 km/h, una progresión 0-100 km/h en 9,5 segundos, un gasto medio ideal de 5,8 litros y emisiones de dióxido de carbono de 131 gramos por kilómetro.