Esta era la última semana del plazo que el Ayuntamiento de Sevilla había dado a los antiguos propietarios de la casa natal del poeta Luis Cernuda para que recogieran sus pertenencias y el Consistorio hispalense -su actual titular- pudiera comenzar los trabajos destinados a su rehabilitación. Pero el pasado martes, los ya exdueños, encontraron una caja con varios proyectiles oxidados en una de las habitaciones de la vivienda. Avisaron a la Policía Nacional que movilizó a los Tedax para hacerse cargo de la situación. Finalmente, todo quedó en una falsa alarma. Las granadas, de unos 30 o 40 centímetros y muy oxidadas, según las fuentes policiales, estaban desactivadas y no suponían ningún peligro. “Al parecer, el padre o el abuelo de los antiguos dueños era un coleccionista de armas y se trataba de unas piezas de su colección”, explica un portavoz municipal. Los proyectiles podrían ser de la Guerra Civil, señalan las mismas fuentes que indican que habrá que esperar a que terminen de analizarse. El despliegue policial de seguridad alteró la calma habitual de la calle Acetres, en pleno centro de Sevilla, en cuyo número 6 se alza el inmueble de tres plantas en el que nació el 21 de septiembre de 1902 el poeta, uno de los máximos referentes de la Generación del 27. Una vez vaciada la vivienda, los técnicos municipales analizarán su estado de cara a su rehabilitación, una tarea que el Ayuntamiento cifra en unos 600.000 euros para que el edificio se convierta en casa-museo.