Hace unos días, David Perol se encontraba en Santiago sentado en un banco comiendo pistachos con sus amigos. La Policía observó su comportamiento y decidió multarle por no guardar “una distancia prudencial” con sus compañeros y por bajarse la mascarilla. La sanción ascendía a 100 euros. “Me bajé la mascarilla para comer los pistachos y me multaron. Por comer pistachos. Yo suponía que la distancia era para fumar, no para comer pistachos”, exclamó el joven.

Sus amigos consideraron que esa sanción fue injusta y decidieron empezar una campaña de crowdfunding bajo el lema crowdfunding#TodosSomosPerolpara recaudar dinero para pagar la multa. Además, una empresa productora de pistachos le ha ofrecido al joven productos gratuitos de este fruto seco durante un año. “Me ha contactado una empresa de pistachos y ya me ha mandado una caja de pistachos porque decían que no querían que tuviera un sabor tan agridulce por la multa”, indicaba. Decenas de personas se solidarizaron con el joven. “Ya están suficientemente caros los pistachos como para que te metan una multa”.