- A principios del siglo XIX, Japón inicio una campaña que promovía la extinción de los lobos, ya que mataban el ganado y provocaban grandes pérdidas económicas para los agricultores y ganaderos. Doscientos años después los japoneses viven una invasión de ciervos y jabalíes que provoca grandes destrozos en los sembrados. Para poner freno a esta situación, una compañía tecnológica del país ha diseñado un robot lobo -llamado Robowolf- encargado de proteger los sembrados de los agricultores. A pesar del aspecto terrorífico de este lobo falso, la eficacia del invento está siendo rotunda y la Cooperativa Agrícola de Japón está estudiando la posibilidad de comprar o arrendar cientos de Robowolf. Este robot tiene un radio efectivo de un kilómetro, por lo que su eficacia es mayor a la de una cerca eléctrica. El gran hándicap es el precio, ya que cada uno de estos aparatos cuesta 3.928 euros. El robot mide unos 65 centímetros de largo y, aproximadamente, tiene el mismo tamaño que un lobo real. Está diseñado con mechones de pelo desgarbados y una dentadura de imponentes colmillos blancos. Utiliza baterías recargables con energía solar y detecta a los intrusos -en este caso jabalíes y ciervos- a través de un sensor de rayos infrarrojos. Cuando Robowolf advierte la presencia de uno de estos animales comienza a emitir sonidos como disparos, aullidos e incluso voces humanas para espantar al intruso. Aunque, en los primeros días de pruebas, los vecinos también han huido despavoridos al escuchar los disparos de bala falsos.Unos monjes budistas abren un bar en Tokio en el que dan sermones- Vowz Bar no tiene ni TV, ni karaoke, ni bandas en vivo, esta ubicado en Yotsuya en Shinjuku y unos monjes budistas sirven a los clientes cócteles increíbles junto con ceremonias religiosas y cantos. Los monjes Yoshinobu Fujioka y Gugan Taguchi dirigen el bar: "Queríamos encontrar la forma de hacer comunidad, tal y como lo hacían nuestros antepasados". En los viejos tiempos, la gente iba a los templos budistas para tomar una copa y socializar, ahora algo prohibido. Así, cada noche, Vowz Bar reúne a diferentes personas provenientes de diferentes lugares del mundo. El monje mayor, Taguchi, dirige unos sermones que escuchan con atención los fieles que acuden al bar, a la vez que sirve algunos cócteles con nombres religiosos como Infierno infinito y Felicidad perfecta.