Dos pescadores tailandeses podrían sacar de la pobreza a toda su familia gracias al peculiar hallazgo de una perla naranja valorada en cientos de miles de euros. Durante un paseo por la playa ubicada en la provincia de Nakhon Si Thammarat, en el golfo de Tailandia, Hatchai Niyomdecha, de 37 años, y su hermano Worachat Niyomdecha, de 35, se toparon con una boya abandonada rodeada de varias conchas de caracoles. Al principio, los pescadores quisieron comérselas, pero afortunadamente al momento de limpiarlas el padre de ellos descubrió algo más valioso. Y tras haber consultado con sus vecinos de la zona, se enteraron de que se trata de una rara perla naranja o mandarina valorada en unos 247.000 euros. Es una perla llamada melo que proviene de los caracoles conocidos como Melo melo.

Estos gasterópodos de gran tamaño, nativos de las aguas asiáticas, producen estas joyas de manera natural. Normalmente las perlas de este tipo tienen un tamaño de una moneda de diez centavos, pesan alrededor de 7,68 gramos y su color puede variar del marrón al naranja. Varios empresarios han manifestado su deseo de comprar esta joya, pero parece que los afortunados no tienen prisa, ya que quieren venderla al precio más alto posible. Días después del hallazgo, un empresario de otra provincia, que se enteró de este tesoro, les ofreció 27.000 euros por este objeto, mientras que un segundo interesado quiso comprarla por 136.000 euros, pero la familia rechazó ambas ofertas. Ahora el pescador está negociando con un emprendedor chino que ofreció por la joya 273.000 euros, cantidad que está dispuesto a pagar tras haber examinado la perla en persona. Niyomdecha aseguró que anteriormente había soñado con una perla. Además, afirma que fue un misterioso hombre quien le indicó la localización del tesoro: “Un anciano vestido de blanco con un largo bigote me dijo que llegara a la playa para recibir un regalo y creo que eso me llevó a localizarla”.