Le encantaba la cocina, pero pensó en ser paisajista, profesión que le encantaba y cuyos estudios comenzó. Sin embargo, una apuesta con el propietario del restaurante Horcher de Madrid le llevó a los fogones y desde entonces su vida ha discurrido entre pucheros, en la vida real y en la televisión. Es dueña de un catering de lujo y ahora sueña con el fin de la pandemia del coronavirus para poder abrir su restaurante en Segovia.

Octava edición ya de MasterChef

Qué va, en absoluto. ¿Te imaginabas tú que tres pipiolos como Jordi Cruz, Pepe Rodríguez y yo íbamos a estar tanto tiempo juntos?

¿Pipiolos? Pensaba que eran cocineros profesionales.

Lo éramos y los somos, pero quería decir pipiolos de la televisión. No sabíamos lo que era MasterChef y mi jefa en la tele me dijo: Mírate la versión en francés, la australiana€ No teníamos ni idea, pero aquí seguimos, enganchados a los fogones y con cámaras delante. ¡Quién me lo iba a decir!

¿Un sueño?

Mi sueño siempre ha sido cocinar, no tenía ni idea de lo que era hacer televisión y no soñaba con estar en ella, pero ha sido algo increíble y estamos disfrutando mucho de este éxito.

¿Y piensan seguir mucho tiempo más?

En televisión nunca se sabe. Por mi parte, pienso seguir hasta que pueda.

Un programa con tres versiones: anónimos, niños y famosos. ¿Cuál es para usted la más genuina? ¿Se disfruta por igual en todas?

Pienso que el formato de MasterChef real es este, el que estamos viendo ahora, el de anónimos adultos. El programa auténtico es el que reúne a personas normales con pasión por la cocina que quieren cambiar el rumbo de sus vidas. El junior es maravilloso, porque son niños muy especiales y no te crees lo que son capaces de hacer. Y el de los famosos es la juerga, es diversión y llegar al plató para pasarlo pipa.

¿De verdad Tamara Falcó era capaz de hacer esos platos que parecían salir de la cocina de un tres estrellas Michelin?

Ja, ja, ja€ No te pases con lo de las estrellas. Sí, cocinaba así, aunque te puedo asegurar que nosotros mismos estábamos alucinados de la evolución que tuvo esa chica. Además de tener disciplina, porque resulta alucinante cómo es de disciplinada, lo que tiene es una seguridad en sí misma increíble. Tiene un autocontrol de sus emociones y sus sentimientos impresionante. No le temblaba el pulso a la hora de cocinar.

¿Son los niños los que tienen pasión por la cocina o son los padres los que los arrastran a la televisión?

Te puedo asegurar que los chavales que han pasado por el concurso no vienen arrastrados por sus padres; son ellos los que tienen interés por la cocina y por demostrar ante las cámaras todo lo que son capaces de conseguir. También quieren aprender. Puedo asegurar que a la niña que ganó el último MasterChef junior la podría contratar en mi catering como profesional con un sueldo de una persona adulta, porque es una maravilla. ¿Por qué extraña tanto que suceda esto? Siempre ha habido niños prodigio en todo, ¿por qué no iba a haberlos en la cocina?

Quizá porque nunca habíamos pensado en un niño prodigio de la cocina.

Claro, porque es una novedad verlos así. El mismo don que puede tener un niño para tocar el violín y asombrar al mundo, lo puede tener para cocinar.

Esta de ahora parece una edición con sorpresas, ¿no?

La selección ha sido muy variopinta y divertida, y eso siempre da lugar a muchas sorpresas y a momentos increíbles. Hay mucho gallito de concursante, mucha gente que viene a ganar, y se ve más que en otras ediciones. No es gente que haya venido a pasarlo bien o a echar el rato, vienen a llevarse el título a su casa, es gente que piensa dedicarse profesionalmente a la cocina cuando esto acabe. Personalmente, me gusta mucho ver cómo la gente se deja la piel en los fogones.

¿Disfruta con el sufrimiento ajeno en una cocina?

Disfrutar no es el verbo. Me gustan la dedicación, el esfuerzo y las ganas por conseguir superar los retos.

¿Se han equivocado alguna vez a la hora de seleccionar concursantes?

Por supuesto. En ocasiones, nos hemos encontrado con gente que en el casting ha presentado un plato muy rico, que nos ha contado su historia y nos ha llenado, pero luego nos hemos dado cuenta en el programa de que nos hemos equivocado. También nos ha pasado con gente muy buena que se va en el segundo programa porque se ha despistado.

Usted llegó a la cocina de una manera curiosa, ¿no?

Sí, yo iba para paisajista y terminé cocinando por una apuesta. Un día comiendo con un amigo, Mopi Horcher, dueño de uno de los mejores restaurantes de Madrid, me dijo: Tú no aguantas ni un minuto en una cocina profesional. Es un trabajo muy duro. No conseguirías estar ni un día en mi cocina.

Y usted recogió el guante.

Claro. Siempre he sido muy activa y siempre me he considerado muy trabajadora, así que por supuesto le contesté: ¿Cómo que no aguanto en una cocina profesional? Te lo demuestro. Y entonces fue él quien recogió el guante y me dijo: Mañana te quiero ver en Horcher dispuesta a demostrarlo. Me compré un uniforme de cocinera y allí aparecí. Eso fue lo que cambió mi vida.

Dice que le fascinó pasarse horas pelando gambas.

Ja, ja, ja€ Así fue. Ante el asombro de todo el mundo, dejé lo que estaba haciendo, porque entonces estudiaba Paisajismo. Ese día mi vida dio un quiebro total: descubrí lo que era pelar gambas, limpiar alcachofas, hablar de la Vuelta Ciclista€

¿Por qué tenía que hablar de la Vuelta Ciclista?

Porque era de lo que se hablaba en la cocina del Horcher cuando llegué yo. Me pareció apasionante todo, incluido lo de hablar de ciclismo. A partir de ahí, empecé a ganar dinero cocinando. Ni yo misma me lo creía al principio. De aquella apuesta han pasado ya 31 años.

¿Sigue cocinando durante este tiempo de alarma sanitaria?

Sin parar. Hacemos bizcochos para desayunar, ensaladas, platos de cuchara... Pero no lo hago sola, están mi madre, mi hermana, mi marido, mis hijos€ En casa cocinamos todos. Somos la familia cocinitas.

¿Alguno de sus cuatro hijos tiene madera de cocinero o cocinera?

A los pequeños les gusta meterse en la cocina y trastear, han estado en los campamentos de MasterChef y parece que la cocina les gusta. Los otros dos son adolescentes y, ¿sabes una cosa? A esos dos prefiero no preguntarles qué quieren hacer, porque están en su mundo, ese mundo complicado a unas edades complejas.

¿Y cómo llevan esos dos adolescentes el confinamiento?

Bien, muy bien, o eso parece. Mi hija lee mucho, en eso es una maravilla. A mi hijo, leer le cuesta un poco más, él prefiere las maquinitas, las tablet... y nos peleamos a ratos. Pero bueno, lo llevan, o lo llevamos, todo lo bien que se puede, y como no hay opciones, no se puede salir, así que cada uno ocupamos el tiempo en aquello que nos gusta

Y deseando que las puertas de casa se abran, ¿no?

Como todo el mundo. Además, eso significará que hemos salido de una situación muy dramática. Es cierto que con adolescentes por medio resulta más complicado, porque les gusta mucho estar conectados y los padres intentamos que no ocurra eso durante todo el día. Los pequeños resultan más divertidos. Estamos haciendo con ellos mil manualidades y estamos disfrutando mucho de la parte familiar que a veces queda diluida con el día a día y los trabajos de cada uno.

Cuando todo cambió usted celebraba el 25 aniversario de su empresa de catering.

Exactamente, estaba encantada y hala, nos llega esto. Está cerrada, así que estoy en ERTE para mis empleados porque no hay otra solución. Tenía planeadas muchas bodas -siempre tengo dos o tres los fines de semana- y nos ha llegado esto. Además, yo trabajo para clientes de empresas, y eso ha desaparecido totalmente. Estoy preparando también un restaurante en Segovia. A ver cuando puede ser...

PERSONALEdad

: 50 años.

Lugar de nacimiento: Madrid.

Familia: Está casada con Peru Aznar y tiene cuatro hijos. Es hermana de Colate, exmarido de Paulina Rubio.

Trayectoria: Comenzó estudiando Paisajismo, pero hace treinta años cambió los jardines por los fogones. Un día en las cocinas del restaurante Horcher en Madrid fue suficiente para que la fascinación por la gastronomía se apoderase de ella. Desde hace 25 años está al frente de su propia empresa de catering y espera abrir en julio su primer restaurante en Segovia. Es jurado desde hace ocho años de MasterChef.