El ADSL, que en las últimas décadas ha impulsado la conexión a Internet y ha hecho posible su uso en el ámbito privado y laboral, está a punto de desaparecer en España. Apenas quedan 1,5 millones de líneas activas en todo el país.

Estas cifras las ha hecho públicas la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) en su último informe y apunta a que seguirán reduciéndose debido al cierre de las centrales que facilitan este tipo de conexiones.

Se espera que para 2025 la fibra óptica (FITH) haya sustituido por completo al ADSL, año en el que dejará de dar servicio definitivamente y en el que únicamente habrá la citada fibra o la conexión 4G/5G. De hecho, en 2021 se dieron de alta más de 1,4 millones de líneas de fibra y se perdieron 700.000 de ADSL.

La ventaja de la fibra óptica sobre su predecesor se debe a que permite una mayor velocidad de acceso a Internet y da la posibilidad al internauta de usar servicios de voz y televisión junto a los propios de Internet.

En la actualidad hay más de 12 millones de fibra óptica, de las cuales casi un 40% pertenecen a Movistar, que mantiene la hegemonía en este sector frente a otras como Vodafone-ONO y Orange-Jazztel.